El Senado brasileño inició ayer una sesión histórica para definir si acepta o no procesar a la presidenta suspendida, Dilma Rousseff, y someterla a juicio político a fin de mes para destituirla, por supuestos delitos a la ley de responsabilidad, por alteraciones en el presupuesto, lo que sus apoyadores califican como golpe.

El nuevo oficialismo que apoya al presidente interino, Michel Temer, confía en que el Senado aprobará al término de esta sesión que puede extenderse hasta hoy, por mayoría simple, la aceptación de la acusación contra la mandataria aprobada en comisión la semana pasada.

La sesión es presidida por el titular de la corte, Ricardo Lewandowski, quien tratará el Senado como si fuera un tribunal.

El presidente del Supremo Tribunal Federal rechazó una apelación de la defensa que exigía suspender el juicio político en su contra a raíz de las últimas revelaciones del empresario detenido Marcelo Odebrecht, quien confesó que le pagó sobornos y financió ilegalmente campañas a Temer, a su jefe de gabinete, Eliseu Padilha, y al canciller José Serra.

Según Veja, el empresario Marcelo Odebrecht, condenado a 19 años de prisión en primera instancia por el caso iniciado en corrupción en Petrobras, pactó un acuerdo de cooperación judicial con miras a una reducción de pena y acusó a Temer de recibir dinero no contabilizado, en efectivo, por orden de unos $ 3,1 millones en 2014.

El senador Lindbergh Farias, del Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece Rousseff, afirmó que “no es posible” proseguir el juicio contra Rousseff si su eventual destitución “sirve para darle “el poder e inmunidad” a “alguien sospechoso de corrupción”. (I)

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Presidente acusado de sobornos

Parlamentarios piden suspender a Michel Temer

Parlamentarios brasileños opuestos al gobierno provisional instaurado en Brasil pidieron ayer a la Procuraduría General suspender de sus funciones públicas al presidente interino, Michel Temer.

De acuerdo con la senadora Vanesa Grazziotin, del Partido Comunista de Brasil, la solicitud guarda relación con quejas reflejadas en la prensa, que alegan que Temer utilizó las instalaciones del Palacio de Jaburu -ubicado en la capital- para negociar donaciones de campaña. (I)