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Torturas fueron "mucho peores" que lo admitido por la CIA

Un documento apunta que la CIA impidió que el Congreso y la Casa Blanca tuvieran acceso a información sobre lo ocurrido. Foto: Agencia AFP
Un documento apunta que la CIA impidió que el Congreso y la Casa Blanca tuvieran acceso a información sobre lo ocurrido. Foto: Agencia AFP
09 de diciembre de 2014 - 12:00 - AFP y Agencias

Las torturas utilizadas por la Agencia Nacional de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) contra sospechosos de pertenecer a la red Al Qaida fueron "mucho peores" de lo admitido hasta ahora, y la agencia ocultó información clave al Congreso y la Casa Blanca, afirma un informe del Senado estadounidense divulgado este martes.

En la introducción del documento, la senadora Dianne Feinstein, líder del Comité de Inteligencia, no dejó dudas sobre el resultado de las investigaciones: "es mi conclusión personal que, en cualquier acepción del término, los detenidos de la CIA fueron torturados".

El demoledor informe de 525 páginas, con numerosos párrafos cubiertos con tinta negra para ocultar información confidencial, es apenas una resumen de una versión de más de 6.000 páginas que se mantiene en secreto.

El texto toma mucho cuidado de utilizar la palabra "tortura" y prefiere el eufemismo de "técnicas reforzadas de interrogatorio", que había sido adoptado en el gobierno del presidente George W. Bush (2001-2009). 

Desde ahogamientos hasta amenazas a familiares

El documento contiene duras revelaciones: Los sospechosos fueron sometidos a técnicas "brutales" y, además, los métodos no fueron efectivos para adquirir información precisa u obtener la cooperación de detenidos, aunque la CIA insistía en la eficacia del sistema.

Los métodos incluían el ahogamiento simulado, mantenerlos durante períodos prolongados en posiciones incómodas, impedirles dormir durante más de una semana, o la amenaza continua de que no iban a salir vivos de la custodia a la que estaban siendo sometidos.

El texto también indica que con la aprobación del personal médico de la CIA al menos cinco de los prisioneros fueron sometidos a procedimientos "médicamente innecesarios" de "alimentación rectal" o "hidratación rectal", y otros tantos a baños de hielo.

"Uno de los interrogadores le dijo a otro detenido que nunca irían a juicio porque no podemos dejar nunca saber al mundo qué les hemos hecho", relata el informe.

"Agentes de la CIA también amenazaron al menos a tres detenidos con hacer daño a sus familias, incluyendo a los hijos de un detenido y amenazando con abusar sexualmente de la madre de otro, y rajarle la garganta a su madre", detalla el texto.

El informe del Senado describe asimismo las prácticas de asfixia simulada practicadas al reconocido como cerebro del 11-S, Khalid Shaikh Mohammed, así como a otros detenidos, definidos como "series de ahogamientos" que en muchas ocasiones les producían vómitos.

El estudio del Senado también denuncia que la CIA "no condujo un conteo profundo o preciso del número de personas que detuvo, y del número de detenidos que no reunían el mínimo de condiciones de ser detenidas".

Además, los programas de "métodos mejorados de interrogatorio" fueron diseñados por dos psicólogos contratados. "Para el año 2005, la CIA dependía pesadamente de operaciones tercerizadas ligadas al programa", apunta el documento divulgado este martes.

- A salvo de cualquier supervisión -

El texto acusa también a la CIA de haber presentado "información incorrecta" entre 2002 y 2007 al Departamento de Justicia sobre el alcance y los efectos de la tortura, e impedir que el Congreso logre supervisar la aplicación de ese método de interrogatorio.

De esa forma, "la CIA impidió la supervisión por parte de la Casa Blanca y la toma de decisiones", añade el informe.

La propia administración del programa de interrogatorios por parte de la CIA "complicó, y en algunos casos impidió" la acción de otros departamentos del Poder Ejecutivo.

Un párrafo del informe también señala que "la CIA coordinó el filtrado de información clasificada para la prensa, incluyendo información incorrecta sobre la eficacia" de los interrogatorios bajo tortura.

Poco después de conocerse el documento, el presidente Barak Obama emitió una nota donde afirmó que la tortura era "contraria a nuestros valores".

- Técnica ayudó a "impedir ataques" -

A su vez, el director de la CIA, John Brennan, insistió este martes en que la aplicación de métodos brutales de interrogatorio ayudaron a prevenir atentados.

Brennan admitió que se cometieron errores, pero añadió que la revisión de los métodos iniciada por la propia CIA llegó a la conclusión de que esos brutales interrogatorios "produjeron inteligencia que ayudó a impedir ataques, capturar terroristas y salvar vidas".

Dirigentes del opositor Partido Republicano han cuestionado la conveniencia de la divulgación y el costo excesivo del informe (40 millones de dólares) para los contribuyentes estadounidenses.

Uno de ellos, el presidente de la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Rogers, dijo el domingo que la divulgación era "una pésima idea" y que "nuestros aliados nos dicen que provocará violencia y muertes".

El Senador John McCain admitió sin embargo que "a veces la verdad es difícil de aceptar. Algunas veces es usada por nuestros enemigos para herirnos, pero los estadounidenses tienen derecho a  ella".

Embajadas estadounidenses en diversos países fueron colocadas en situación de alerta ante eventuales reacciones a las revelaciones del informe.

Grupos de defensa de los derechos humanos llamaron el martes a juzgar a los responsables del programa de torturas.

"Es un informe estremecedor y es imposible leerlo sin sentir una inmensa indignación de que nuestro gobierno esté implicado en estos terribles crímenes", dijo Anthony Romero, director ejecutivo de la Unión estadounidense por los Derechos Civiles.

Amnistía Internacional señaló que el informe deja claro que la CIA actuó ilegalmente "desde el primer día" y que los brutales interrogatorios no fueron operaciones espontáneas fuera de control.

Por su parte, el director ejecutivo de Human Rights Watch, Kenneth Roth, dijo que el informe "muestra que los repetidos argumentos de que se necesitaban medidas duras para proteger a los estadounidenses son una ficción".

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