A pedido de las cámaras patronales y una semana después de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, el gobierno del presidente brasileño, Michel Temer, presentó parte del proyecto de la reforma de la ley laboral, que incorpora la contratación temporaria para evitar indemnizaciones, como en España, y permite  a las empresas acordar con sus empleados trabajar hasta 12 horas por día.  

La iniciativa coloca en alerta a sindicatos y movimientos sociales, que protagonizan decenas de manifestaciones en el país contra Temer, quien fue silbado y repudiado cuando inauguró, el miércoles, los Juegos Paralímpicos Río 2016.

El anuncio lo realizó el ministro de Trabajo, Ronaldo Nogueira, quien indicó que se mantendrá la jornada promedio de 44 horas semanales de trabajo, pero estas horas  serán utilizadas en virtud de las necesidades específicas de la empresa, con un tope de 12 horas por día, cambiando el régimen actual, de 8.

El objetivo del gobierno es lograr “seguridad jurídica para los empresarios”, afirmó el ministro, quien negó que se afecten los derechos laborales consagrados en la ley de 1943 sancionada por el presidente Getulio Vargas.

El gobierno de Temer presentará este año la reforma laboral, reclamada oficialmente por la Confederación Nacional de la Industria y la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), pero ya es rechazada por las centrales sindicales, incluso las que dieron apoyo al presidente en la campaña por el juicio político contra Dilma Rousseff.

Sindicatos rechazan medida

Ante la ola de críticas en las redes sociales, Temer mandó a su ministro a desmentir que iba a regir a partir del proyecto -que será enviado al Congreso antes de fin de año- una jornada laboral de 12 horas. El ministro dijo que habrá 44 hora semanales, pero en vez de trabajar los sábados, si hay acuerdo entre las partes, se podrán hacer todas juntas  de lunes a viernes.

“De ninguna manera se elevará la jornada de trabajo a 12 horas, eso sería esclavitud y no queremos cortar derechos. Lo que proponemos es que haya seguridad jurídica.

Hay casos como el de los albañiles que prefieren trabajar de lunes a viernes y tener el sábado libre y por eso podrían trabajar más horas durante la semana”, dijo el ministro.

La respuesta fue rápida de las centrales sindicales. El presidente de la Central Única de Trabajadores, Vagner Freitas, dijo que la oposición al gobierno de Temer incluirá un llamado de paralización en el lugar de trabajo para el 22 de  septiembre. “El golpe fue para esto, para recortar derechos”, sostuvo Freitas, alineado con el Partido de los Trabajadores (PT).   

“Me gustaría que presentase la propuesta en la puerta de las fábricas. Estamos en contra de este atropello en gobiernos electos, imaginen en gobiernos no electos como este”, dijo Paulo Cayres, titular de la Confederación Nacional de los Metalúrgicos. Los metalúrgicos convocaron a una huelga para el día 29 de septiembre contra el gobierno de Temer.      

Por su parte, Ricardo Patah, de la centrista Unión General de Trabajadores, dijo que “la recesión no puede ser un pretexto para retirar derechos conquistados hace décadas y hay que decirle a Temer que su gobierno parece un gobierno de empresarios que busca que le cierren las cuentas a costa del trabajador”.

Otro tema espinoso de Temer es la reforma previsional que busca aumentar de 60 a 65 años la edad de retiro de las mujeres.

En ese marco, los movimientos sociales y sindicatos se preparan para intentar vincular el rechazo a la ley laboral con el ‘Fuera Temer’. Miles de personas pidieron la renuncia del mandatario y nuevas elecciones el jueves por la noche en Sao Paulo. La protesta fue en la puerta de la casa del exvicepresidente de Dilma Rousseff, quien llegó al poder mediante un golpe parlamentario y en alianza con la antigua oposición.

Temer también puede perder a su brazo derecho en el Congreso, Eduardo Cunha, quien será sometido a  una votación sobre su expulsión del cargo de diputado por haber ocultado cuentas en suiza. (I)

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Quedan 2 pedidos pendientes

Corte niega a Dilma recurso contra destitución

El primero de los recursos judiciales que interpuso la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, para evitar su destitución, aprobada por el Senado el 30 de agosto, fue negado por la Corte Suprema.

Teori Zavascki, uno de los 11 magistrados del Tribunal Supremo Federal (STF), rechazó el recurso presentado el 1 de septiembre por el defensor de la exmandataria y exministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, con la intención de que la votación del Senado fuese anulada por haber incurrido en violaciones a la Constitución y por errores procesales.   

Quedan a la espera de respuesta otros dos recursos interpuestos por Cardozo, así como algunos presentados por partidos políticos adversarios de Rousseff, como es el caso del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) -encabezado por el nuevo presidente, Michel Temer- que solicitó la nulidad de la votación que permitió a Dilma mantener sus derechos políticos.

Algunos de tales recursos fueron rechazados  el  jueves por la magistrada Rosa Weber, quien pidió tiempo para pronunciarse sobre otros cinco recursos que cuestionan la división de la votación que favoreció a Rousseff para que no sea inhabilitada políticamente por 8 años y no pueda ejercer cargos públicos. (I)