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Los consultores famosos de este sistema cobran comisiones de hasta $ 6 millones

Precandidatos a la Casa Blanca recaudan $ 377 millones para la campaña electoral

Precandidatos a la Casa Blanca recaudan  $ 377 millones para la campaña electoral
28 de julio de 2015 - 00:00 - Redacción Mundo

El 8 de noviembre de 2016 se celebrarán las elecciones presidenciales en Estados Unidos. El ganador de estos comicios asumirá el cargo el 20 de enero de 2017 y se convertirá en el presidente 45 en la historia de ese país.

La carrera presidencial todavía se encuentra en etapa de definición pero los precandidatos ya han recaudado $ 377 millones para la campaña electoral, que en teoría, aun no inicia.

Estados Unidos se ha caracterizado por el acentuado bipartidismo, entre el Partido Demócrata, que ya cuenta con al menos 5 aspirantes, y el Partido Republicano, que avala las precandidaturas de 16. Solo dos de ellos, uno por cada agrupación, competirán en la elección oficial.

La carrera presidencial estadounidense siempre ha tenido una dimensión mediática por los debates televisivos entre los candidatos, que se transmiten como si fueran cruciales combates de boxeo.

Pero sin duda el aspecto que más deslumbra es la cantidad de dinero que llegan a destinar a sus campañas.

Las contribuciones -donaciones millonarias- recolectadas en los comités recaudatorios significan para muchos una decisiva batalla por hacer caja, pero, ¿cómo se maneja este complejo sistema?

Según Matt Fecteau, excandidato a senador por el Partido Demócrata, la plata es un factor determinante que influye en cada uno de los ciclos electorales.

“El dinero es fundamental para ganar las elecciones ya que de esto depende la difusión de la propaganda, pero para muchos ciudadanos es también un compromiso, pues algunos piensan que nuestras elecciones están esencialmente siendo compradas y vendidas por las empresas donantes”.

En contexto, los Comités de Acción Política (PAC, por sus siglas en inglés) son la forma más tradicional de recaudar fondos para las campañas de los partidos, a través de las donaciones de particulares, sindicatos y empresas.

El sistema nació en la década del 40, durante una de las reelecciones del demócrata Franklin D. Roosevelt). Desde entonces están sometidos a control y fiscalización por la Comisión Federal de Elecciones (en inglés, FEC).

Existen dos tipos de PAC. El primero denominado ‘fondos separados’ creados por las organizaciones y sindicatos que no pueden aportar dinero directo a las campañas, y los comités ‘no conectados’ o ‘de liderazgo’ que están formados por organizaciones ajenas a los sindicatos y otras corporaciones que apoyan directamente a un político.

Pero ambos sistemas fueron desplazados hace 5 años por el Super PAC, a través del que se recaudan millonarias sumas de dinero donadas por grupos de intereses especiales o entidades, sin límite alguno.

El mecanismo fue legalizado en 2010 por la Corte Suprema norteamericana. Al momento ambos partidos mantienen cientos de estos comités en los que aportan magnates multimillonarios.

Técnicamente estos super PAC no están bajo las órdenes del candidato, sino de personas allegadas a él que actúan como tesoreros.

Actualmente el miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Paul Ryan, administra este sistema en el Partido Republicano, mientras que en el Demócrata lo hace la líder de la minoría de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi.

De acuerdo con una investigación de la agencia AP, hasta el pasado 15 de julio los donantes ya habrían aportado a la campaña electoral $ 377 millones.

Los primeros reportes a la FEC abarcan la actividad financiera entre el 1 de abril y el 30 de junio, y deben incluir los nombres de quienes hayan entregado $ 200 o más.

La donación máxima por organización o entidad en las primarias es de $ 2.700. Los informes a la FEC también deben detallar en qué se gasta el dinero: asesores, oficinas, publicidad, encuestas y demás.

Clinton y Bush recaudan más

Según el Centro para una Política Sensible, un grupo que vigila los gastos electorales, las cantidades de este año superan a las recaudaciones de los precandidatos en todas las primarias de 2000.

Casi la mitad del dinero fue para dos de los 22 aspirantes, quienes están estrechamente emparentados con expresidentes: Hillary Rodham Clinton (esposa de Bill Clinton) y Jeb Bush (hijo del exmandatario George Herbert Walker Bush y hermano del también exgobernante George Walker Bush).

Hillary Clinton, que encabeza la primaria demócrata, ha recaudado $ 45 millones en cheques por $ 2.700 o menos; mientras que Bush tiene una cifra récord con $ 103 millones.

Antes de proclamar oficialmente su candidatura, el exgobernador de Florida dedicó los primeros 6 meses del año a recaudar para Right to Rise, un Super PAC, que apoya su aspiración a la candidatura republicana.

Un lucrativo oficio

A la hora de canalizar ingentes sumas para moldear la opinión pública, a favor de candidatos republicanos no hay mejores donadores que los hermanos empresarios Koch. Por el lado demócrata está el banquero Tom Steyer.

No obstante, al margen de quién firme el cheque existe una peculiar, influyente y lucrativa profesión: la del consultor de recaudación de fondos de campaña, una figura que interactúa con los grandes donantes para propiciar que abran la chequera en beneficio de cierto Super PAC y, por ende, de ciertos candidatos.

De acuerdo a un artículo del diario The New York Times, del lado demócrata, una de esas consultoras estrella es Mary Pat Bonner, de 48 años.

Sus capacidades para convencer a donantes son, al parecer, extensas y por ello su ‘facturación’ resulta muy sustanciosa.

Tiene contratos con varios Super PAC pro demócratas, incluido el grupo Ready por Hillary, en los que se establece por lo general una considerable comisión para Bonner.

Así, explica el periódico, frecuentemente Bonner se queda con el 12,5% de todo lo que recaude en beneficio de su cliente, el Super PAC que corresponda. Esa cifra se calcula en al menos $ 6 millones.

La publicación detalla que ciertos millonarios prefieren lidiar directamente con los Super PAC y no con intermediarios como Bonner, pero otros no tienen esos reparos.

Del lado republicano, por ejemplo, Spencer Zwick obtuvo considerables comisiones en sus labores de recaudación de fondos para promover la candidatura presidencial de Mitt Romney en 2012. La ganancia podría alcanzar $ 34 millones, según el matutino de Nueva York.

Según ese periódico el cobro de comisiones sobre aportaciones a los Super PAC es considerado poco ético por la Asociación de Profesionales de Recaudación de Fondos, sin embargo esto no detiene el ávido apetito de las campañas por consultores como Bonner como mecanismo de financiamiento.

El sistema no está exento de conflictos, incluso con otros Super PAC que apoyan al mismo candidato, pues a veces Bonner compite férreamente para obtener ella, y no otros, los recursos de los millonarios pro demócratas y así dar el crédito e influencia a su cliente Super PAC. Lo mismo sucede con muchos otros consultores que reciben comisiones por sus servicios de recaudación.

Ahora, cuando el objetivo de grandes y poderosos Super PAC es llevar a Hillary Clinton a la Casa Blanca, los servicios de Bonner –como los de otros influyentes personajes como David Brock- serán cruciales para abastecer de fondos suficientes la guerra mediática en ciernes.

Una lucha para la que los Super PAC republicanos se están también pertrechando como nunca. Según la radio NPR, la red de organizaciones liderada por los hermanos Koch planea gastar casi $ 900 millones en las elecciones de 2016 para apoyar a candidatos republicanos. (I)

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