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159 países aprueban el pacto migratorio de las Naciones Unidas

Manifestantes promigrantes de caravanas subieron la valla fronteriza entre México y Estados Unidos, en una protesta en abril de 2018 en California.
Manifestantes promigrantes de caravanas subieron la valla fronteriza entre México y Estados Unidos, en una protesta en abril de 2018 en California.
Foto: AFP
11 de diciembre de 2018 - 00:00 - Redacción y Agencia EFE

El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de las Naciones Unidas (ONU) fue aprobado ayer por  159 países -de los 193- que asisten a la conferencia intergubernamental de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la ciudad marroquí de Marrakech.

La aprobación se realizó entre llamamientos a una cooperación multilateral para afrontar este fenómeno de dimensión global.

La sesión plenaria fue presidida por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres; la presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa; y Naser Burita, ministro de Exteriores de Marruecos, país anfitrión de la conferencia.

El texto garantiza “el derecho soberano de los Estados a determinar la política de migración y su prerrogativa para gobernar la migración dentro de su jurisdicción, en conformidad con el derecho internacional”, insistió el secretario general. 

Según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones, hay más de 258 millones de migrantes en el mundo, una cifra que irá creciendo como resultado de la globalización, los desequilibrios demográficos y el cambio climático.

Las posturas de mandatarios
Para “los problemas globales hay que tener respuestas globales”, enfatizó el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, durante su intervención en la conferencia intergubernamental de migración.

El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, sostuvo que actualmente su país soporta un flujo migratorio “de más de medio millón de personas al año”, de los que la famosa caravana centroamericana es solo una pequeña parte, y al respecto aseguró que su gobierno comenzó a prestarles apoyo humanitario, sobre todo a las 6.000 personas que se encuentran en Tijuana.

La canciller alemana, Angela Merkel, insistió en la necesidad de esa respuesta global ante un fenómeno que “trae prosperidad”, al tiempo que criticó “las ansiedades y temores, más la información falsa que difunden quienes se oponen al pacto”.

Merkel recordó que la Unión Europea (UE) “va a necesitar un mayor número de mano de obra cualificada de fuera de la Unión”, en un claro mensaje a las numerosas voces (incluidos siete estados centroeuropeos) que se han opuesto al pacto.

Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, además de avalar el pacto internacional, anunció la próxima puesta en marcha de un plan de ciudadanía y un fondo estatal para la integración de los inmigrantes, tras subrayar la urgencia de que haya sociedades más cohesionadas e inclusivas.

A juicio de la presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa, el fenómeno migratorio debe regularse a través de un marco global de cooperación que permita al mismo tiempo luchar contra las mafias que ahora tienen el protagonismo de todos los flujos irregulares de migración en el mundo.

“Es un momento histórico porque damos un rostro humano a la emigración”, precisó Espinosa, quien añadió que los Estados, “por más poderosos que sean, no pueden enfrentar el reto migratorio solos”.

Los participantes de la conferencia insistieron en el carácter “no jurídicamente vinculante” del pacto, compuesto de 23 objetivos y que fue consensuado por la Asamblea General de la ONU en junio pasado, tras 18 meses de negociaciones.

Los países en contra
El pacto, que despertó las reticencias de varios países desde el primer momento de su elaboración, fue aprobado entre tímidos aplausos y sin gran entusiasmo por parte de los asistentes.

Países sobre todo receptores de emigrantes, como Australia, Chile, Italia, Israel y un numeroso grupo de los centroeuropeos, además de latinoamericanos, como República Dominicana o Chile, se retiraron del pacto en las pasadas semanas y el domingo pidieron más tiempo para estudiarlo, mientras que Estados Unidos se opuso desde el principio.

 El Gobierno de Chile, de Sebastián Piñera, defendió su decisión de no firmar el documento, y afirmó que cada país “es soberano” para fijar “sus propias” reglas sobre el asunto.

Frente a esta postura, el secretario general de la ONU apuntó que el documento es un marco de cooperación que “reafirma el principio de la soberanía” de los Estados.

El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular garantiza “el derecho soberano de los Estados a determinar la política de migración y la prerrogativa para gobernar la migración dentro de su jurisdicción, de conformidad con el derecho internacional”, analizó Guterres.

Al mismo tiempo, hizo hincapié en el carácter imprescindible de la emigración como factor de desarrollo económico y de solidaridad humana tanto para países subdesarrollados como para los ricos. “Las ayudas que los emigrantes transfieren a sus países de origen representan el triple del monto de ayuda pública al desarrollo, pese a que es en sus nuevas comunidades donde los migrantes gastan el 85 % de lo que ganan”, aseveró.

Varios representantes de delegaciones consultados insistían en que lo más importante de la conferencia de Marrakech no es que Estados Unidos y una decena de países se opongan al pacto, sino que el acuerdo ha sido adoptado por la abrumadora mayoría de los Gobiernos que integran las Naciones Unidas.  (I) 

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