"No estamos curados del racismo", admitió el presidente Barack Obama -días después de la matanza de nueve afro-estadounidenses a manos de un supremacista blanco en Carolina del Sur- evocando la persistencia de la segregación en la sociedad estadounidense.

Para explicar su punto de vista utilizó una palabra considerada ofensiva entre la comunidad afroamericana, lo que ha desatado una ola de comentarios y de críticas por parte de los usuarios de las redes sociales.

"El racismo no está curado y no se trata sólo de no ser respetuoso y decir ´negro´(nigger -término muy peyorativo para la gente de raza negra- en público). Esa no es la medida para determinar si aún hay racismo o no. No se trata sólo del racismo evidente. Las sociedades no borran de la noche a la mañana todo lo que ha sucedido en los últimos 200 o 300 años", afirmó Obama.

"La herencia de la esclavitud, de (las leyes de segregación racial propuestas por) Jim Crow, de la discriminación en casi todas las instancias de nuestra vida, eso tiene un impacto durable y sigue formando parte de nuestro ADN", advirtió.

Obama destacó también los avances logrados: "es innegable que las relaciones raciales mejoraron sensiblemente en el transcurso de mi vida. Las oportunidades se multiplicaron, las actitudes cambiaron. Eso es un hecho, admitió. "No digan que nada cambió en relación a las razas en Estados Unidos", subrayó en esa entrevista, realizada el viernes.

La matanza de Charleston, una de las peores de la historia reciente de Estados Unidos, sacudió al país y reavivó la controversia tanto sobre la tensión racial latente como sobre la legislación para las armas de fuego y la presencia de la bandera confederada segregacionista frente a la legislatura de Carolina del Sur.

Legisladores y altos funcionarios de Carolina del Sur multiplicaban el lunes los llamados para el retiro de la bandera confederada del frente del parlamento estatal. (I)