Estados Unidos.- El presidente estadounidense, Barack Obama, enfrenta fuertes presiones para decidir reformas a los métodos usados por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) en la recolección de información de inteligencia.

Obama está sometido a una serie de demandas de grupos defensores de los derechos civiles, legisladores,  las empresas de alta tecnología de Silicon Valley y líderes extranjeros molestos por el espionaje a sus comunicaciones privadas, asuntos filtrados por Edward Snowden, excontratista de la NSA.

Según fuentes de la Casa Blanca, el presidente estadounidense daría a conocer algunos cambios durante el discurso del próximo 17 de enero, aunque su decisión también estaría supeditada a criterios oficiales que plantean que el espionaje de la NSA es un asunto crítico para la seguridad del país.

Desde sus vacaciones en Hawái, que fue a finales de año, Obama busca fórmulas para responder a 46 recomendaciones presentadas por un panel asesor sobre reformas de la NSA y otras agencias de vigilancia.

En la semana que concluyó, el mandatario y sus principales asesores mantuvieron una reunión, en la Casa Blanca, con legisladores, funcionarios del espionaje, defensores de la privacidad y directivos de las empresas tecnológicas para tomar una respuesta al escabroso asunto.

Para Google, Yahoo, Facebook, entre otras, la forma como la NSA desarrolla su gestión pone en peligro el  mercado de miles de millones de dólares al drenar la confianza pública en las empresas de tecnología.

Según las firmas, el espionaje en internet y telefónico afecta su capacidad para ganar nuevos clientes, mantener a los existentes y restaurar la confianza de los usuarios.

Entre los aspectos más problemáticos de la vigilancia de la NSA está la recolección de datos telefónicos de llamadas nacionales, algo que, según el gobierno, es legal pero que para la mayoría de los estadounidenses es una intromisión en su vida.

El presidente también está bajo presión para aumentar la protección de la privacidad de los extranjeros y dejar de espiar a los aliados, asunto que destapó Snowden al divulgar la vigilancia de las comunicaciones de unos 35 líderes mundiales.

Aún no se sabe qué hará el mandatario con las 46 recomendaciones, pero analistas señalan que puede avanzar varias ideas sin tener que consultar y/o contar con el consentimiento del Congreso.

Entre las promesas realizadas por Obama a sus compatriotas está la de hacer más transparente la gestión del gobierno y sus agencias.

En otro tema, el gobernante norteamericano hizo un llamamiento al Congreso para aprobar una extensión de los beneficios por desempleo que expiró a fines del año 2013 y que afecta a 1,3 millones de parados.

El mandatario urgió a los parlamentarios a hacer de 2014 un año de acción a favor de la economía del país, en momentos que informes oficiales ubican el desempleo en una tasa de 6,7 por ciento, la más baja desde que llegó a la Casa Blanca.

El gobernante exhortó a los legisladores a terminar su trabajo sobre la ampliación de las ayudas de inmediato. Mientras tanto, en el legislativo aumentan las controversias sobre el alcance del plan y la forma como  será financiado.

Fuentes de la Casa Blanca han informado que seguirán impulsando firmemente el aumento del salario mínimo, la educación, inversiones en la infraestructura y todo lo que se necesita para el crecimiento de la economía.