Luego de 13 días de búsqueda, el equipo de rescate encontró a Julen, el niño español de dos años que cayó en un pozo de 107 metros de profundidad.

Una vez recuperado, “ahora se inicia la investigación” de todas las circunstancias de este “trágico suceso” y, sobre la existencia de algún tipo de negligencia en la caída del niño, indicó en Madrid el ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Esa circunstancia, dijo, “la concretará la autoridad judicial competente”, ya que aún no hay elementos “suficientemente contrastados para llegar a una conclusión”.

Por su parte, el subdelegado del Gobierno en la región española de Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez, explicó, que, por la postura en la que fue localizado, el niño cayó al pozo de forma “rápida y libre”.

De acuerdo con datos oficiales, el cuerpo del pequeño, fue encontrado a 71 metros.

Una de las tesis más probables es que, en la propia caída, se fuera desprendiendo tierra procedente de las paredes del pozo, “muy imperfectas, muy arenosas”, precisó.

El cadáver del pequeño fue hallado de madrugada, sobre la 01.25 horas (07.25 GMT).

Desde el pasado 13 de enero el niño se encontraba atrapado en un túnel de 25 centímetros de diámetro y 107 metros de profundidad perforado para realizar sondeos de agua, en la localidad de Totalán, en la provincia andaluza de Málaga.

El cuerpo de Julen Roselló presenta un “traumatismo craneoencefálico severo” y “politraumatismos compatibles con la caída” según el informe preliminar de la autopsia.

Rodríguez Gómez indicó que existen “diversas teorías” respecto al “tapón” encontrado en el pozo, pero que todavía no hay ninguna certeza y, que el aire que pudiera existir en esa zona era el que hubiera entre los pies y la cabeza del niño.

Destacó que todos los trabajos han estado basados en la tesis de que Julen estaba en el fondo.

Aseguró tener la certeza de que se ha hecho “todo lo humana y técnicamente posible” en las tareas de rescate del niño que definió como una “misión colosal”. (I)