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El Telégrafo
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Miles de coptos pidieron la dimisión del Ejército egipcio

Miles de coptos pidieron la  dimisión  del Ejército egipcio
11 de octubre de 2011 - 00:00

Los enfrentamientos entre coptos (cristianos de Egipto) y las fuerzas del orden, que el domingo causaron 25 muertos en El Cairo,  reavivaron  ayer los temores de una agravación de tensiones religiosas y políticas en un país que conoce una frágil transición desde la caída del presidente Hosni Mubarak.

La brecha entre la minoría cristiana y la junta militar que gobierna el país se hizo ayer  evidente con el clamor de miles de coptos en contra del Ejército, que calificó los enfrentamientos de ayer de intentos de desestabilización.

Al grito de “el pueblo quiere la caída del mariscal (Husein Tantaui)” los manifestantes pidieron ayer la dimisión del jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que dirige Egipto desde la caída  de Hosni Mubarak, el pasado febrero.

El funeral celebrado  en El Cairo por los fallecidos la noche del domingo  se convirtió así en la escenificación de la ira y el malestar contra las Fuerzas Armadas, mientras que la Fiscalía anunció que inició la investigación sobre la muerte de los  manifestantes coptos y los  heridos.  

La quema de una iglesia en la población de Edfu, en el sur del país, fue el origen de la concentración del domingo a las puertas del edificio de la radiotelevisión egipcia y, aunque no está claro el origen de la refriega, los coptos aseguraron que fueron atacados por parte del Ejército y de “baltagueya”, o matones.

“¿Por qué en Egipto todos pueden manifestarse menos los coptos?”, gritó desconsolada Asisa Feiz, vestida de luto riguroso, en las puertas del Hospital Copto.

En este centro médico se encuentra la mayoría de los más de 300 heridos y las víctimas mortales, que según fuentes oficiales ascienden a 25, de ellas al menos 20 civiles.

Sin embargo, varias organizaciones coptas denuncian que la cifra de víctimas mortales es   mayor, aunque todavía no ha sido dada  a conocer por las autoridades.

Los gritos de desconsuelo de los familiares y las lágrimas de los amigos de los fallecidos se mezclaron con las consignas de los manifestantes que, a las puertas del hospital, pedían explicaciones a la junta militar.

Uno de los manifestantes, que no quiso identificarse, aseguró: “Los musulmanes destruyeron muchas iglesias y las autoridades nunca hicieron nada solo porque somos cristianos. Nos consideran ciudadanos de segunda categoría”.

En respuesta a este sentimiento de furia ante la escasa regularización de las iglesias cristianas, el Consejo de Ministros, reunido de urgencia, presentó ayer  un proyecto de ley para legalizar la situación de los templos sin licencia.

También se reunieron  los dirigentes castrenses, quienes dijeron en un comunicado que los incidentes de la víspera fueron intentos de destruir los pilares del Estado y propagar el caos para impedir la transición democrática deseada. AFP/EFE

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