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Las víctimas del sismo suman ya 337

Mexicana de 87 años sobrevivió al terremoto

La artista mexicana Adela Peralta vestida como payaso -en una foto de archivo- durante la XIV Convención Latinoamericana de Payasos en la Ciudad de México.
La artista mexicana Adela Peralta vestida como payaso -en una foto de archivo- durante la XIV Convención Latinoamericana de Payasos en la Ciudad de México.
Foto: AFP
28 de septiembre de 2017 - 00:00 - Agencia AFP

Ciudad de México.-

Las dolorosas heridas que sufrió durante 32 horas bajo los escombros no frenan la desbordante energía de Adela, una excéntrica actriz de 87 años que pide “maquillaje, cámaras y acción” para contar, desde el hospital, su inesperada reaparición tras el sismo en México.

“Estoy viva y a las vivas”, dice sonriente Adela Peralta, conectada a aparatos médicos que tratan sus dos fracturas en la columna y heridas en el esófago.

Antes de relatar su aparición entre las ruinas cuando los rescatistas ya la daban por muerta, la abuela pide que le pinten los labios y la adornen con un glamuroso sombrero y estola atigrada. “Luces, cámaras, ¡acción!”, clama con humor esta polifacética mujer.

A lo largo de su fructífera vida, Adela ha sido vedete, humorista, maga, madre de tres hijos y hasta campeona mundial de pesca y feminista comprometida. En México es la payasita más veterana gracias a Tiki Tiki, el personaje de nariz roja con el que hace reír a los niños.

Ahora, después de su maratónica resistencia bajo los escombros tras el sismo de magnitud 7.1 grados que sacudió a México el 19 de septiembre, Adela detenta un nuevo título: “soy un milagro de Dios”, asegura.

El edificio donde vivía en el extremo sur de Ciudad de México resultó intacto tras el devastador sismo de 8.1 grados en 1985, que dejó 10.000 muertos en el país.

Pero el terremoto de la semana pasada -que hasta ahora deja 337 muertos- lo redujo a escombros, dejando su departamento de planta baja enterrado bajo una montaña de polvo.

Salir con vida de ahí representó una carrera de resistencia contra el tiempo, el escepticismo y el dolor.

Durante la interminable espera de 72 horas que duró su rescate, tuvo alucinaciones con cachorros y niños jugando. También se preocupaba por su familia. “Pensaba en mis hijos, los tres, y pensaba yo, ¿vivirán? Oraba y oraba”, asegura.

Varias personas fueron rescatadas del edificio de Adela. Al principio salían con vida, pero a medida que transcurría el tiempo solo salían cadáveres, entre ellos el de una abuela abrazada a su nieta, cuenta Sara Peralta, hija de Adela.

Treinta horas después del sismo, los rescatistas ya no registraban señales de vida y solo esperaban encontrar el cadáver de Adela.  

Repentinamente, entre la oscuridad, Adela escuchó una voz que le dijo: “Señora, la vamos a sacar”.

“¡Está viva, está viva!”, decían eufóricos los socorristas, al ver la cabeza blanca salir por un estrecho orificio entre rocas y retorcidas varillas de metal.

El hallazgo de la abuela quedó inmortalizado en un video filmado el 20 de septiembre por uno de los bomberos que participó en el rescate. “El aplauso rotundo y de alegría se sintió de toda la gente”, recuerda Adela, quien adora estar frente a las cámaras y está acostumbrada a los aplausos.

Pero ese aplauso fue “especial, fue un aplauso divino, totalmente maravilloso para mi corazón”, reconoce con la voz quebrada. (I)

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