El juez Sergio Moro, de un tribunal de primera instancia en Curitiba, condenó este miércoles al expresidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, a nueve años y medio de prisión por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero.

El magistrado indicó en su fallo que el exmandatario (2003-2010)  podrá "presentar su apelación en libertad".

De hecho, los abogados anunciaron de inmediato que apelarán la sentencia "en todas las cortes imparciales, incluyendo las Naciones Unidas".

En la acción, el Ministerio Público acusa a Lula de haberse beneficiado con un apartamento en Guarujá, en la costa del estado de Sao Paulo, por parte de la empresa constructora OAS, a cambio de tres contratos con la petrolera estatal Petrobras, y de que la empresa costeó los gastos de almacenamiento de sus bienes.

El juez ordenó confiscar el inmueble y señaló que Lula fue el destinatario de 3,7 millones de reales (algo más de 1,1 millones de dólares) en forma ilícita.

"Entre los delitos de corrupción y lavado, hay concurso material, motivo por el cual las penas sumadas llegan a 9 años y seis meses de reclusión", determinó Moro, a cargo de la investigación Lava Jato sobre sobornos en la petrolera estatal.

Se trata de la la primera vez que un expresidente de la República es condenado por corrupción en Brasil.

El exmandatario enfrenta, además, otras cuatro causas penales abiertas por la Justicia, la mayoría de ellas relacionados con el caso Petrobras.

Lula siempre negó categóricamente los cargos y los atribuyó a una conspiración para impedir su candidatura en las presidenciales de octubre de 2018.

Para que su postulación sea bloqueada, deberá ser condenado en segunda instancia. (I)