Los hogares españoles perdieron una quinta parte de su riqueza con la crisis. Dicho de otra manera: el patrimonio neto de las familias cayó 1,61 billones entre 2007 y 2015, un descenso del 22% que sitúan al país en niveles de pérdidas similares a las que sufrieron estados intervenidos como Grecia y Portugal.

Estas cifras son uno más de los múltiples efectos colaterales provocados por la recesión financiera, el otro es la enorme desigualdad social, de la que España trata ahora de recuperarse a marchas forzadas. Pero la cuantía no deja de sorprender. Desde el estallido de la burbuja inmobiliaria y la caída en barrena del valor de la vivienda, la riqueza malograda en el país supone, en términos de renta, tres veces lo que ganan la media familiar en un año. Son los últimos datos facilitados por el Banco de España sobre el impacto social de una crisis que no termina de superarse completamente aunque la economía presente síntomas de recuperación.

No obstante, algunos economistas consideran que estos resultados no son tan malos en comparación con los números que provocó la crisis en el resto de Europa.

Según datos de la OCDE, los alemanes presentaban una riqueza neta en 2013 que representaba cuatro veces su renta, prácticamente la mitad que los españoles, si bien los germanos disponían de unos niveles de renta muy superiores y, en consecuencia, más riqueza en términos absolutos. En todo caso, estas cifras, que sitúan a España en unos niveles relativos de patrimonio solo comparables con Reino Unido y Suiza aunque con una menor renta y, por lo tanto, una menor riqueza explican el impacto devastador del terremoto financiero de 2007.

Y no es para menos ya que, tal y como empieza a verse ahora, provocó pérdidas del patrimonio en cada ciudadano equivalente a sus ingresos brutos de tres años. Y si se examina solo el patrimonio inmobiliario, la caída es todavía mayor. Según el Banco de España, los ciudadanos en su conjunto sufrieron como el valor total de sus inversiones en viviendas se desmoronaban en casi 2 billones de euros durante los ochos años del periodo más severo de la recesión, un desplome del 30% que acarreó el hundimiento de los precios de las casas, el refugio del ahorro familiar, que en estos dos últimos años ha comenzado a recuperarse ligeramente.

En la actualidad, el precio del metro cuadrado de la vivienda libre en España se sitúa en 1.500 euros, lo que supone un crecimiento del 1,8% con respecto al mismo periodo del año anterior, según el informe realizado por el Ministerio de Fomento. De hecho, según señala un informe del Banco de España, a principios del pasado año la viviendo sigue absorbiendo el 68,7% de la riqueza de los ciudadanos.

Pero el miedo provocado por el estallido de la burbuja en 2007 ha empujado a los españoles a buscar otros refugios para sus ahorros como depósitos, seguros, fondos de pensiones, y fondos de inversión que han aumentado en casi 109.000 millones de euros en los últimos ocho años. Para los expertos, se trata de una noticia que ratifica la recuperación real de la economía española o, al menos, que sirve para aproximarse a las cotas de riqueza conjunta que tenía en 2007 porque la desigualdad se ha doblado en los últimos 12 años mientras que las deudas continúan estrangulando a los hogares empobrecidos.

No obstante, el gran estímulo de la economía familiar en España está siendo, a juicio del Banco de España, la liquidación acelerada de la deuda nacional y los bajos intereses que en el último año ya ha permitido ahorrar a muchas familias el equivalente a lo que el estado invirtió en educación o lo que se destinó al rescate bancario.

Estos datos excluyen otro informe, también elaborado por el Banco de España, sobre las finanzas familiares que retrata la distribución de la riqueza en el país. Y el resultado de este año es demoledor sobre el grado de desposesión y endeudamiento de los hogares más pobres.

Según el estudio publicado el pasado mes de enero, cerca de 12 millones de personas han perdido un 108% de su patrimonio medio durante los ocho años de la crisis. Además, se constata que el reparto de la riqueza es mucho más asimétrico que el de la renta. Así, el sector más rico, cuyo patrimonio medio es de 728.000 euros, se apropia del 42% de la renta anual del del país mientras que el sector más pobre de la sociedad, con un patrimonio negativo de 1.300 euros, sólo obtiene el 16% de la renta del conjunto de los hogares. (I)