Primero se saludaron con un apretón de mano, forma respetuosa y algo distante que se acostumbra en México. 3 horas más tarde se despidieron con abrazos. Se trató del encuentro entre la argentina Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, y los familiares y compañeros de los desaparecidos de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Hermanados por un mismo dolor, ser víctimas de la desaparición forzada, hablaron sin necesidad de explicarse. Se acompañaron, hubo palabras de aliento y también recomendaciones desde la experiencia.

-¿Ya intentaron ir a Naciones Unidas?, preguntó Carlotto, y narró incontables gestiones que ella y otras madres de desaparecidos argentinos han hecho en cuanta institución internacional existe.

La experimentada y emblemática militante argentina por los derechos humanos intercalaba consejos con preguntas. 4 padres mexicanos y 5 normalistas, personas usualmente reservadas, se sentían en confianza y también hablaban sin miedo.

Ellos han perdido a sus seres queridos, quienes llevan 66 días sin regresar a casa.

El tiempo se hizo corto y después de la reunión privada hubo una conferencia de prensa conjunta. “Esta es una lucha de amor y de esperanza. Es la unión de ambas luchas. Esto es realmente la solidaridad”, sintetizó Edith López Ovalle, integrante de Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS), organización de hijos de desaparecidos por razones políticas desde la década del 60, que convocó el evento.

“Lo que está pasando acá en México es el dolor de todo el planeta”, remarcó Estela de Carlotto.

Relató que la noticia del secuestro por policías de 43 estudiantes en Iguala, Guerrero, el pasado 26 y 27 de septiembre, generó “gran conmoción” en Argentina.

Pero también, dijo, una fuerte identificación porque “al igual que lo que hicimos nosotros hace 37 años, ahora papás, mamás y familiares salieron a buscarlos”.

Cuando el dolor se ahonda tras 2 meses de incertidumbre sobre los muchachos, Estela de Carlotto llegó en visita fugaz en México con 2 claros objetivos.

“Manifestarles a estos padres, a estas familias, nuestro total apoyo y solidaridad. Que cuenten con nosotros y llamar al pueblo mexicano a que haga carne propia de esto que está pasando porque, si pasa sin trascendencia, el peligro es que siga pasando”.

Su segundo llamado, explicó, se dirige al Estado y Gobierno mexicanos. “Insisto, gobierno constitucional. Porque fueron votados y seguramente en las campañas prometieron muchas cosas buenas. Esto que ha sucedido es muy malo y es el Estado el que tiene la obligación de colaborar en el retorno de estos jóvenes cuyos familiares, cuyos padres, cuyas madres están esperando día tras día”.

Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora expresó su respaldo y tenía previsto participar en el encuentro, pero la enviada de la organización argentina, Taty Almeida, se vio obligada a cancelar su presencia por razones de salud, según explicó Carlotto.  

Durante la conferencia, Mario César González, padre del desaparecido César Manuel González, afirmó: “Desgraciadamente mejor de otros países han venido a brindarnos su apoyo y palabras de aliento. Enojados estamos porque el Gobierno no ha hecho nada por buscar a nuestros hijos. Estamos hartos de que los estén buscando en fosas y que nos quieran entregar muertos (…). Escuché decir a Enrique Peña Nieto que quiere paz y armonía. A lo mejor él las puede tener porque nosotros no”.

 “No somos revoltosos, somos padres heridos que queremos encontrar a nuestros hijos. Para nosotros, los pobres, lo más preciado son nuestros hijos”.

Emocionada también habló Cristina Bautista Salvador, madre del desaparecido Benjamín Asencio Bautista: “No nos dejen solos. Sigan apoyándonos para encontrar a nuestros hijos porque el Presidente sigue poniendo pretextos”.

Omar García, dirigente y vocero de los estudiantes de la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, dijo: “Aunque parezca distinta la realidad que llevó a la conformación en Argentina de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, en México ahora estamos viviendo otro tipo de dictadura. La Policía anda hostigando a cualquier estudiante que se solidariza diciéndoles que les va a pasar lo mismo”.

Este lunes, 1 de diciembre, organizaciones estudiantiles, académicas, gremiales, artísticas, vecinales, indígenas, campesinas y civiles de todo el país, así como ciudadanos en lo individual, tenían previsto salir a las calles para enarbolar la consigna que une a casi todo México: ‘¡Ya me cansé!... Vivos los queremos’.

La nueva manifestación fue convocada a través de redes sociales y tenía como partida el Zócalo capitalino hacia el Ángel de la Independencia, en México DF.

El pasado 20 de noviembre, cuando se realizó la primera gran marcha de reclamo en la capital mexicana, el  gobierno federal capturó a 11 manifestantes, que una semana después debieron ser liberados al no encontrarse sustento para las acusaciones de intento de homicidio y motín que informó la Procuraduría General de la República (PGR).

Las 43 desapariciones son solo una parte de una historia de violencia en México, donde se reportan al menos 20.000 raptos a personas inocentes bajo las órdenes de bandas criminales y del narcotráfico.