Oviedo.-

El drama de los ecuatorianos que enfrentan problemas de desahucios e impagos hipotecarios continúa en España. Agentes de la Policía española acudieron ayer a ejecutar una orden de embargo de una vivienda a una pareja de connacionales en Oviedo, pero desistieron.

Se trata de Patricia Ordóñez, su esposo y su hijo de tres meses y medio, que residen en España desde hace doce años y que casi forman parte del grupo de compatriotas, entre 8.000 y 10.000 según la Plataforma de Afectados por las Hipotecas, que han sido víctimas de ejecuciones hipotecarias, mientras que entre 60.000 y 80.000 están al borde del desahucio. 

Los policías llegaron ayer al número 2 de la calle Augusto Junquera, en el barrio de Ciudad Naranco de la capital asturiana, donde les esperaban  decenas de miembros de la plataforma Stop Desahucios que protestaban en el lugar.

Al principio, los agentes les retiraron a empujones hasta despejar el portal, que llegaron a abrir con la llave de un vecino, explicaron varios miembros del colectivo Stop Desahucios y del Movimiento de Indignados 15M.  Sin embargo, según  testigos, los uniformados  se retiraron  ante la presencia de más miembros de la agrupación, así como de cámaras de televisión, en el interior del portal.

Patricia Ordóñez explicó  que el piso lo compraron en 2004 mediante una hipoteca con Caja Madrid y que años más tarde trasladaron la deuda hipotecaria a Cajastur porque su marido, transportista, tenía con esta entidad un préstamo.

Ella cuenta que en 2009 tuvieron que retrasarse en los pagos de la hipoteca porque tres empresas para las que trabajaba su marido se retrasaron a su vez en los pagos y funcionaban con pagarés a tres meses.  Las empresas les deben 80.000 euros (105.000 dólares), mientras que su deuda con Cajastur es de 118.000 euros (155.00 dólares),  relató la mujer.

Según su versión, solicitó varias veces a Cajastur que si se quedaba con el piso que al menos les cancelara la deuda, pero la caja de ahorros no se lo concedió.

“Solo quiero quitarme la deuda para poder empezar de nuevo”, expresó Patricia, que desconocía si el juzgado volverá a ordenar el desahucio, una vez que no se pudo hacer en el día y la hora para el que estaba fijado.