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El Telégrafo
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La esclavitud sexual es una fuente de ingresos para grupos terroristas

Las mujeres yazidíes y las cristianas son vendidas en los mercados de esclavos de Mosul, en Irak, a donde son llevadas incluso en jaulas. Según informes de organizaciones de Derechos Humanos, el Estado Islámico reguló la venta de esclavas sexuales y estableció las tarifas para la compra de niñas y mujeres.
Las mujeres yazidíes y las cristianas son vendidas en los mercados de esclavos de Mosul, en Irak, a donde son llevadas incluso en jaulas. Según informes de organizaciones de Derechos Humanos, el Estado Islámico reguló la venta de esclavas sexuales y estableció las tarifas para la compra de niñas y mujeres.
Foto: internet
15 de octubre de 2017 - 00:00 - Redacción / AFP

Una joven mujer, de 16 años, estaba acostada de lado en un colchón sobre el piso, incapaz de sostener la cabeza. Su tío la levantaba para que bebiera agua, pero apenas podía tragar. Su voz era tan débil que él ponía su oreja directamente sobre la boca de la adolescente para oírla.

El 6 de julio pasado, Suhayla salió caminando de la parte más destruida de Mosul cuando mataron a su captor del Estado Islámico (EI) en un ataque aéreo. Ese día tuvo la fuerza suficiente para trepar entre los escombros de la casa que fue su cárcel y llegar hasta el primer retén iraquí.

Fue liberada después de tres años de cautiverio y violaciones en serie.

Su tío describió su condición como “impactante”. Había invitado a los reporteros al lecho de Suhayla para que documentasen lo que el sistema de abuso sexual de la organización terrorista le había hecho a su sobrina. “Esto es lo que le han hecho a nuestro pueblo”, dijo el tío Jalid Taalo a The New York Times.

Desde que comenzó la operación de la coalición internacional liderada por EE.UU. para retomar Mosul el año pasado, se ha liberado a cerca de 180 mujeres, niñas y niños de la minoría étnica yazidí, a quienes había capturado el Estado Islámico en 2014, según la Oficina para el Rescate de los Secuestrados.

Las mujeres que fueron rescatadas en los dos primeros años después de que el Estado Islámico invadió Mosul, en 2014, llegaron a su casa con infecciones, extremidades rotas y pensamientos suicidas. Secuestraron a 6.470 yazidíes de las cuales 3.410 siguen en cautiverio o desaparecidos, según funcionarios iraquíes

Sin embargo, ahora, tras tres años de cautiverio, las mujeres, como Suhayla y otras dos a las que vieron los reporteros, están muchísimo más dañadas y manifiestan signos extraordinarios de afectación psicológica.

“Muy cansadas”, “inconscientes”, “en conmoción grave y alteración psicológica”, fueron las descripciones que usó Nagham Nawzat Hasan, un ginecólogo yazidí que ha atendido a más de mil víctimas de violación. “Pensamos que los primeros casos eran difíciles”, comentó Hasan. “Pero los recibidos tras la liberación de Mosul… esos son muy difíciles”.

La conmoción se expresa en las mujeres y las niñas que duermen durante días seguidos, aparentemente incapaces de despertar, dijo Husein Qaidi, el director de la Oficina de Rescate de Secuestrados. “90 por ciento de las mujeres liberadas están así”, notó, al menos parte del tiempo después de su retorno.

Un reciente informe elaborado por un comité de expertos británico  revela que grupos terroristas, como Boko Haram en Nigeria y el Estado Islámico en Siria, utilizan el tráfico de personas, los secuestros, el abuso sexual con violación a mujeres y el matrimonio forzoso.

El objetivo es retener a sus miembros, atraer a nuevos adeptos y financiar las actividades de la organización.

El informe Traficando el Terror, de Henry Jackson Society, indica que “hacer gala de la esclavitud sexual es un incentivo para posibles nuevos miembros y para los milicianos que están en el extranjero, a los que se les hace la promesa de que tendrán esposas y esclavas sexuales como factor motivacional”.

Boko Haram ha secuestrado a muchas mujeres y niñas desde que inició sus actividades en 2009. El caso más famoso se remonta a abril de 2014, cuando raptaron a 200 chicas de su colegio en Chibok. El EI sigue la misma práctica, ha secuestrado, torturado y abusado sexualmente de cientos de mujeres.

Los especialistas de Naciones Unidas estiman que más de 5.000 yazidíes han sido perseguidos y ejecutados y que alrededor de 7.000 mujeres y niñas han sido obligadas a ejercer la esclavitud sexual por parte de organizaciones terroristas.

El informe advierte de que existen vínculos entre traficantes, criminales y terroristas, que usan el blanqueo de dinero, el contrabando de inmigrantes, el tráfico de drogas y de armas y la trata de personas para obtener recursos económicos.

“Las fuentes de ingresos tradicionales de Boko Haram o del Estado Islámico, como el cobro de impuestos y la venta de petróleo, están cayendo y siendo reemplazadas por la toma de rehenes y la exigencia de rescates”, indicó una de las autoras del informe, Nikita Malik.

El informe cita una serie de estudios de caso que incluyen a un niño libio de diez años que fue violado por traficantes más de una vez mientras estaba recluido en un campamento. 

Añade que “las economías ilícitas complican los esfuerzos para proteger a las víctimas de la trata de personas y enjuiciar a los autores de la violencia según el derecho internacional”.

La esclavitud moderna proporciona flujos monetarios a organizaciones terroristas a través de la venta y reventa de cuerpos humanos. Los informes indican que el secuestro representó entre $ 10 y 30 millones de ingresos para el EI en 2016.

La religión de los yazidíes, que data desde hace siglos, gira en torno a la adoración de un solo dios, quien a su vez creó a siete ángeles sagrados. Estas creencias llevaron a que el Estado Islámico los etiquetara como politeístas, una categoría peligrosa en la nomenclatura de la organización terrorista.

Con base en un cuerpo de leyes islámicas poco conocido y prácticamente extinto, el EI argumentó que la posición religiosa de la minoría la hacía ser elegible para la esclavitud. (I)

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