Madrid.-

La prima de riesgo española anotó ayer un nuevo máximo histórico de cierre, 490 puntos básicos. Aunque durante la sesión del miércoles la prima de riesgo llegó a superar los 500 puntos básicos, un hito en la historia del euro.

Pero, ¿qué significan estos datos para España? La prima de riesgo es el interés que debe pagar el país ibérico de los bonos de Estado que pone en el mercado.

España, como el resto de los países desarrollados, obtiene dinero fresco con la colocación de bonos, los cuales paga en 10, 15 ó 20 años.

Pero esos papeles incluyen un interés que debe pagar el Estado español, esa es la llamada prima de riesgo, la cual toma como referencia a los bonos alemanes, considerados los más seguros de Europa.

La prima de riesgo depende de la volatilidad de los mercados, los cuales ahora están muy nerviosos por la situación política en Grecia y su posible salida del euro.

Así las cosas, la rentabilidad de los bonos españoles a diez años subió ayer hasta el 6,31 por ciento. Esto equivale que España debe pagar más para conseguir liquidez.

Cuando la prima de riesgo de Grecia, Irlanda y Portugal superó los 400 puntos, estos países se vieron obligados a solicitar un salvataje al Banco Central Europeo, una posibilidad que descartan, por el momento las autoridades españolas.

Lo cierto es que el tamaño de la economía española obligaría a un millonario rescate que sobrepasa los límites del fondo de estabilización europeo.

En esto radica la gravedad de la situación. Si la prima de riesgo continúa subiendo, España no podrá conseguir recursos simplemente porque le es muy caro.

Y la otra posibilidad, el rescate europeo parece lejano e improbable. Por lo que en el horizonte aparece la tormenta perfecta: que España se quiebre, es decir que se quede sin dinero para cumplir sus obligaciones.

Ahora bien, la crisis no solo es pública, también afecta al sector privado. Las acciones de Bankia, el cuarto banco español,  intensificó su caída al desplomarse un 28,28% en la Bolsa española, lo que supone su décima jornada de números rojos después de que la semana pasada se anunciara la nacionalización del grupo financiero.

Pocos minutos después del mediodía, los títulos de Bankia se situaban en mínimos, en 1,18 euros por acción, después de que los inversores intercambiaran más de 5,4 millones de títulos por más de 7 millones de euros.

Desde que debutó en la Bolsa española en julio pasado, a 3,75 euros por título, las acciones de Bankia han perdido ya el 68,5% de su valor bursátil.

De su lado, el gobierno español negó que se haya producido una fuga de depósitos en Bankia, como ya ocurre en Grecia, donde el miércoles se registró una corrida de 800 millones de euros.

El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, negó en una conferencia de prensa que haya habido una retirada masiva de depósitos de la entidad y aseguró que el nuevo proyecto reúne todos los requisitos para ser un éxito de futuro.

También dijo que espera que en los próximos días los nuevos gestores de Bankia presenten sus planes de viabilidad y resaltó que el Estado aportará el capital necesario para garantizar la viabilidad de la cuarta entidad bancaria española.
Bankia por su parte aseguró a sus clientes que “pueden estar absolutamente tranquilos” sobre la seguridad de su dinero.

La situación de Bankia hundió el principal indicador de la Bolsa española, el IBEX 35, a un nuevo mínimo anual tras ceder un 1,11 % en la sesión.