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Fernández rearma su gabinete

Fernández rearma su gabinete
20 de noviembre de 2013 - 00:00

El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner entró de lleno en los últimos 2 años de su mandato con la vista fija en el futuro de la economía y en el 2015. Ya sin el luto riguroso que mantuvo desde la muerte de su esposo, Néstor Kirchner, en octubre del 2010, y visiblemente recuperada de la operación por un hematoma craneal que tuvo en vilo a Argentina durante 40 días, la presidenta retomó las riendas del ejecutivo con cambios en el gabinete.

La mandataria, quien reapareció el lunes en un video casero grabado por su hija Florencia, de muy buen semblante, rearmó su gabinete económico tras el agridulce resultado eleccionario de octubre cuando el oficialismo retuvo el control del Congreso, pero fue derrotado en los distritos principales del país.

En escena entró Axel Kicillof, de 42 años, hasta ahora viceministro de Economía y que asumirá hoy el ministerio en momentos complejos en materia económica, con una baja pronunciada en las reservas internacionales, un dólar restringido que tiene de muy mal humor a la influyente clase media que le dio la espalda al gobierno en las últimas elecciones legislativas y una inflación latente. “No dudé en aceptar”, dijo el nuevo ministro.

Kicillof reemplazará a Hernán Lorenzino, de bajo perfil y que se encargará de ahora en más de liderar un equipo para manejar la deuda. Además, será propuesto como embajador ante la Unión Europea.

Kicillof es uno de los jóvenes funcionarios con más peso dentro del gobierno. Tras graduarse de licenciado en Economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA), se dedicó al mundo académico y a la docencia. Ingresó a la función pública durante el primer mandato de la presidenta, cuando fue llevado a la cúpula gerencial de la estatal Aerolíneas Argentinas por su amigo Mariano Recalde, actual titular de la compañía. Luego se sumó al equipo económico.

La prensa opositora le endilga un pensamiento ‘marxista’. Kicillof es un ferviente defensor de la intervención estatal en la economía y se lo define como ‘neo-keynesiano’. Tiene un estilo frontal y descontracturado, lo que le valió fuertes críticas de la oposición. Fue uno de los impulsores de la expropiación de la petrolera española Repsol y en su rol de viceministro debió explicar el plan oficial en el Parlamento.

“Es una persona convencida de la importancia de las regulaciones y el papel del Estado. Hay cosas en las que es evidente que hay que hacer algo, pero no va a haber, lo que se dice, un cambio de rumbo, un giro u otras políticas”, dijo el economista y diputado nacional kirchnerista Carlos Heller.

La oposición aprovechó para lanzarle dardos al Gobierno. La diputada Elisa Carrió (Unen, centroizquierda) declaró que “este es el camino de Venezuela, el peor de los caminos ha elegido Cristina”.

La economía argentina ya no se expande a tasas chinas como en los primeros años del kirchnerismo, pero mantiene un ritmo moderado de crecimiento en el marco de una dura crisis internacional. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) vaticina un crecimiento del 3,5% en el PIB para este año.

En los últimos tiempos el país austral ha sufrido pérdidas importantes en sus reservas internacionales, que el Gobierno atribuye al pago de la deuda a raíz de una política oficial de desendeudamiento. Pero la oposición endilga esta caída al déficit energético (6.500 millones de dólares) y al turístico (8.500 millones), así como a cierto deterioro de la balanza comercial. En lo que va de este año, las reservas cayeron 11.000 millones de dólares. Se encuentran por debajo de 37.000 millones, el mínimo desde 2007.

Kicillof enfrentará una economía con elevada inflación. Oficialmente el índice no pasa de un dígito, pero todos los años el Ministerio de Trabajo aprueba aumentos salariales del 25% anual en negociaciones colectivas entre sindicatos y patronales, lo que está en sintonía con las mediciones privadas de inflación.

Al mismo tiempo, enfrentará una difícil situación en el mercado cambiario con una fuerte escasez de dólares, que llevó al Gobierno a aplicar restricciones a la compra de esa moneda. El dólar oficial se ubica en los 6 pesos, pero en el mercado negro roza los 10 pesos.

Analistas estiman que Kicillof buscará darle mayor competitividad a la economía y frenar el drenaje en las reservas a través de un “desdoblamiento cambiario”. La idea es poner un dólar más alto para el turismo, teniendo en cuenta el gran ‘rojo’ que esa actividad deja a las arcas del Estado con los viajes al exterior de una clase media que ha recuperado su poder adquisitivo en la última década. El ‘rojo’ turístico se produce porque los extranjeros que llegan al país ya no cambian sus dólares en las casas de cambio, ya que prefieren hacerlo en el mercado negro, donde reciben 4 pesos más por unidad. Los cambios también llegaron al Banco Central, donde asumirá Carlos Fábrega, actual presidente del Banco Nación, en lugar de Mercedes Marco del Pont.

Pero la presidenta no se quedó solo en anuncios económicos. Nombró como nuevo jefe de gabinete a Jorge Capitanich, gobernador de la provincia del Chaco, frontera con Paraguay, y uno de los grandes triunfadores del kirchnerismo en las elecciones legislativas.

Capitanich, quien ya ocupó ese cargo en la presidencia del peronista Eduardo Duhalde (2002-2003), reemplazará a Juan Manuel Abal Medina. El cambio es esencialmente político: Capitanich tiene buena llegada con los gobernadores peronistas y además es una figura ‘presidenciable’ y aliado confiable del gobierno.

Cristina Fernández no podrá presentarse para un tercer mandato consecutivo, prohibido por la Constitución, y el kirchnerismo busca imponer la figura de un candidato afín, fuerte de cara al 2015. Capitanich, un gobernador conocido por el gran público, ha ‘picado en punta’ en esta carrera que concluye dentro de 2 años.

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