El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, detenido desde el sábado, podría ser liberado pronto si la Corte Suprema modifica esta semana la norma que autoriza encarcelar a personas condenadas en segunda instancia, por lo que aún dispone de recursos judiciales.

El juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Marco Aurélio Mello, anunció que mañana pedirá un nuevo debate que podría zanjar las divergencias internas en la corte sobre este tema.

El STF denegó el 5 de abril un recurso de la defensa de Lula para impedir su encarcelamiento. Pero la decisión fue adoptada por el estrecho margen de 6 votos contra 5. Recientemente una de las magistradas que votó contra Lula, Rosa Weber, se mostró favorable a modificar la jurisprudencia actual, pero cuando el asunto fuese tratado de forma general.

La jurisprudencia que autoriza el encarcelamiento tras la condena en segunda instancia fue adoptada en 2016.

Quienes abogan por el encarcelamiento anticipado lo hacen en nombre de la lucha contra la impunidad, porque los procesos demoran meses o años. Los partidarios de modificar la norma invocan respeto a la presunción de inocencia. “Hay un conflicto dentro del STF... Y el único motivo por lo que el asunto tiene relevancia, es por el posible voto de Weber”, expresó Thomaz Pereira, de la Fundación Getúlio Vargas.

Mientras que, partidos y movimientos sociales montaron una vigilia en las afueras de la sede policial de Curitiba. “Solo saldremos de aquí cuando Lula salga. Esta vigilia será permanente”, proclamó ante una multitud la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann.

Las armas de Lava Jato
Los encarcelamientos al cabo de la segunda instancia son una de las tres armas usadas por la Operación Lava Jato, que descubrió una red de sobornos pagados por constructoras a políticos para obtener contratos en Petrobras.

Lula fue condenado como beneficiario de un apartamento ofrecido por la constructora OAS a cambio de licitaciones de obras en la petrolera estatal Petrobras.

Las otras dos armas son las prisiones preventivas y las delaciones premiadas.

Para los fiscales y jueces de Lava Jato, la pérdida de cualquiera de esos instrumentos aflojaría la presión sobre las personas investigadas con poder y dinero suficientes para eternizar los procesos.

Un juez del STF, Luis Roberto Barroso, advirtió sobre una “operación de sofoco” de las investigaciones, que implican a decenas de políticos de todas las tendencias y al propio presidente conservador Michel Temer.

Inciertas elecciones
La detención de Lula y la multiplicación del número de candidatos, hasta ahora 16 confirmados, hacen de las elecciones de octubre, en Brasil, las más imprevisibles desde que el país recuperó la democracia en 1985.

“La prisión del líder en todos los sondeos y la incertidumbre sobre si podrá disputar las elecciones incentiva a otros candidatos y fragmenta más un escenario electoral que ya era complicado”, explicó el analista Michael Mohallem.   

Pese a que el PT dijo que mantendrá la candidatura de Lula, incluso con su aspirante en la cárcel, la formación aún tiene el desafío de inscribirlo porque legalmente está inhabilitado por ser condenado en segunda instancia.

Ante ello, partidos de izquierda del PT anunciaron candidatos propios. Como la exministra Marina Silva, cuya precandidatura fue confirmada por Rede Sustentabilidade.

El Partido Socialista Brasileño (PSB) evalúa si postulará al exmagistrado Joaquim Barbosa, primer negro en llegar a la Corte Suprema de Brasil.

Otras fuerzas de izquierda también alistan candidaturas. Aunque con Lula tras las rejas, quien asume el liderato en los sondeos es el ultraderechista Jair Bolsonaro.

Audio verdadero
La Fuerza Aérea Brasileña (FAB) reconoció que el audio de comunicaciones aéreas publicado en diversos medios con comentarios despectivos hacia Lula da Silva es verdadero y ocurrió entre la torre de Congonhas en Sao Paulo y la de Bacheri en Curitiba.

“Llévalo y no lo traigas nunca más”, le dice un supuesto controlador de vuelo al piloto del avión de la Policía, que trasladaba a Lula de Sao Paulo a Curitiba. “Vamos a respetar nuestro trabajo, hablemos de lo necesario”, le contesta. “Yo respeto, pero tira esa basura por la ventana”, añade en referencia a Lula.

La FAB afirmó, sin embargo, que ningún controlador aéreo dijo esas palabras. Explicó que las frecuencias para comunicaciones aeronáuticas son “abiertas”, de tal forma que no tienen cómo saber quiénes fueron los responsables.

El avión en cuestión fue identificado como PR-AAC, y lo llevaba del aeropuerto de Congonhas, en Sao Paulo, a la ciudad de Curitiba, en Paraná, donde el exmandatario llegó para cumplir la orden de prisión, decretada por el juez Sergio Moro. (I)

El juicio
Sentencia
Lula da Silva fue condenado en enero pasado por un tribunal de apelación a 12 años y un mes de cárcel por sospechas de recibir un apartamento de lujo de la constructora OAS a cambio de licitaciones de obras en Petrobras.  

52 horas de incertidumbre, Lula da Silva ingresó el sábado en una prisión de Curitiba a cumplir la pena.  

Detenido
En 1980, siendo líder de una huelga de metalúrgicos brasileños, fue detenido 31 días por “atentar contra el orden nacional”. (I)