El respaldo del partido era vital para enfrentar el juicio político
El vicepresidente brasileño se pasa a la oposición y negocia con la derecha
El vicepresidente Michel Temer, luego de 6 años en el cargo, ha decidido ser el comandante de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff. Ahora con el apoyo millonario de la industria del estado de Sao Paulo traza un plan económico neoliberal para ser aplicado a partir de abril. El Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), su agrupación, ha abandonado al gobierno y apoyará el juicio político en el Congreso en contra de la mandataria.
El PMDB, que acompaña a Rousseff desde 2010, tiene 600 cargos federales que abandonará hasta el 12 de abril. Tres ministros de la tienda política se resisten a dejar el gobierno. Y eso le da esperanzas a Rousseff y a su jefe de ministros designado, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, para evitar el juicio político.
Temer, máximo dirigente del PMDB, está desde el año pasado enfrentado con la mandataria. “A partir de este momento el PMDB se retira del gobierno y nadie puede asumir cargos en nombre del partido”, dijo el senador Romero Jucá durante una reunión de su directiva.
Oficialmente opositor, a partir de ahora Temer buscará apoyos para formar un gobierno y para eso ya tiene el apoyo del senador José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del candidato derrotado en los comicios del año pasado, Aecio Neves.
Temer negoció en los últimos días con Serra y Neves el apoyo a su eventual gobierno, que según el guión trazado, funcionará hasta 2018. Mientras tanto, Rousseff espera juntar 172 votos en la segunda semana de abril para evitar que sea aprobado el juicio político. Además hoy el gobierno perderá el apoyo legislativo del Partido Progresista, una fuerza conservadora que también dialoga con el PMDB nuevos cargos en un eventual nuevo ejecutivo.
Desde la izquierda se convocó a una marcha ‘contra el golpe’ para mañana. El apoyo financiero al juicio político para Dilma proviene de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp), el mayor conglomerado industrial del país. Este gremio pagó publicidades en todas las páginas de los principales diarios opositores pidiendo ‘Juicio Político ya’.
El titular de la Fiesp, Paulo Skaf, afiliado al PMDB, recientemente asistió a las manifestaciones opositoras e hizo una declaración en la cual sugirió para Rousseff el mismo fin que Getulio Vargas en 1954 ante una intentona golpista. “Hubo presidentes que se suicidaron por mucho menos”, sostuvo el dirigente empresarial.
Temer grabó un video enviado a Portugal, donde líderes y jueces opositores organizaron un seminario, en el cual afirma que en Brasil “la institucionalidad está funcionando”. “No habrá calma en la sociedad mientras siga este golpe”, reclamó Humberto Costa, líder del bloque en el Senado del Partido de los Trabajadores. La vertiente más a la izquierda de esta agrupación siempre criticó aliarse al PMDB, una tienda ávida de poder que aún mantiene los ministerios de Agricultura, Ciencia y Salud, debido a que los titulares de esas carteras se niegan a la ruptura.
El PMDB tiene entre sus militantes al presidente de la Cámara de Diputados, el ultraderechista Eduardo Cunha, procesado por corrupción, como principal promotor del juicio político.
El gobierno presentó al ministro de Economía, Nelson Barbosa, para defender a Rousseff en el juicio político por las maniobras fiscales del presupuesto de 2015. El gobierno sostiene que no existe crimen de responsabilidad y que todo se trata de un argumento para sacar al PT del poder. Frente a eso la TV Globo, opositora, lanzó una campaña de información para determinar que el juicio político no es golpe.
Rousseff, quien pasó la jornada de ayer en el Palacio del Planalto (sede del gobierno), evalúa la cancelación de un viaje a Estados Unidos para participar de una cumbre sobre seguridad nuclear en Washington, previsto para el viernes debido a que Temer, su enemigo íntimo que hoy salió a la luz pública con un plan de gobierno, quedaría al frente del país. (I)
DATOS
El PMDB podría alcanzar por tercera vez la Presidencia de la República. Los dos ‘pemedebistas’ que hasta ahora llegaron a la máxima magistratura del país lo hicieron por la vía trágica.
El primero fue José Sarney (1985-1989), quien juró el cargo tras la muerte del jefe de Estado electo Tancredo Neves un día antes de tomar posesión como primer presidente post dictadura (1964-1985).
El segundo fue Itamar Franco (1992-94), que volvió a afiliarse al PMDB (su partido de origen) unos días antes del impeachment contra el presidente Fernando Collor.
Desde 1994, el PMDB no presenta candidatos a las presidenciales, pero siempre pacta con los gobiernos de turno.