Para los residentes de Florida (EE.UU.), lo que hubiera sido un fin de semana de vacaciones se convirtió en una frenética carrera para prevenir los efectos de la tormenta Dorian. Los residentes formaron ayer extensas columnas para abastecerse de alimentos y combustible. 

Dorian se fortaleció entre  la noche del jueves y mañana del viernes, convirtiéndose en una tormenta de categoría 3 en la escala de Saffir-Simpson (de un máximo de 5) “extremadamente peligrosa” con vientos de 115 millas por hora (mph), según el boletín del Centro Nacional de Huracanes. Se pronostica que continúe esta tendencia de intensificación.

Para cuando Dorian se enfrente a Florida el próximo martes, el día del trabajo, se pronostica que alcanzará categoría 4 con vientos de 140 mph. Esa sería la tormenta más fuerte en tocar tierra en la costa atlántica del estado desde que el huracán Andrew, tormenta de categoría 5, devastara el sur de Florida con daños estimados en más de $ 25.000 millones en 1992.

Tanto en Florida como en el noroeste de Bahamas, la tormenta tiene el potencial de desencadenar vientos catastróficos, lluvias de inundaciones excepcionales y una marejada ciclónica que amenaza la vida. La marejada ciclónica será exacerbada por las mareas astronómicas que ocurren naturalmente, que son algunas de las más altas del año este fin de semana hasta principios de la próxima semana.

Se pronostica que Dorian disminuirá o se detendrá a medida que se acerque a la costa este de Florida. 

El Centro de Huracanes advierte que partes de Florida corren un “riesgo creciente de un evento prolongado”, ya que Dorian podría tomar más de dos días para extender su ira a tierra y luego arrastrarse por la península.

Rick Knabb, experto en huracanes de Weather Channel, vía Twitter calificó a Dorian como el “peor tipo de huracán”. “Pasará demasiado tiempo en las principales áreas metropolitanas de Florida”, mencionó.

El paso lento de la tormenta no solo prolongaría las horas de castigo con los vientos huracanados, sino que también expondría la costa a numerosos ciclos de marea alta, aumentando la magnitud y duración de las inundaciones costeras y debilitando la infraestructura.

Se estima que la tormenta producirá entre 6 y 12 pulgadas de lluvia, con áreas aisladas que recibirían hasta 18 pulgadas en el noroeste de Bahamas y en la costa sureste de Estados Unidos.

“Esta tormenta será grande, mala e intensa; donde sea que golpee, causará daños catastróficos por el viento”, indicó Bill Karins, meteorólogo de NBC News.

El presidente Donald Trump aprobó ayer una solicitud de declaración de emergencia para Florida.

El gobernador del estado, Ron DeSantis, dijo que Florida implementará escoltas de patrulla de carreteras para camiones para abastecer de combustible a las estaciones de servicio y que las agencias estatales inspeccionarán los hogares de ancianos antes y después de la tormenta.

Unos 2.500 miembros de la Guardia Nacional de Florida fueron activados, con otros 1.500 para atender la emergencia.

Mientras tanto, los estacionamientos de los centros comerciales se llenaron de residentes de Florida entre el jueves y viernes, para abastecerse de suministros antes de la llegada de la tormenta.

Trump, quien suspendió su viaje a Polonia el fin de semana para supervisar la respuesta a Dorian, garantizó en un video publicado desde la Casa Blanca: “Estamos listos. Tenemos listas a las mejores personas del mundo y te ayudarán”.

El huracán pasó el miércoles por las Islas Vírgenes y Puerto Rico como un huracán de categoría 1 sin causar mayores daños. (I)