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El Telégrafo
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El Santo padre dice que el matrimonio homosexual no se compara con la unión de parejas de distinto sexo

El Papa publica una guía para casados y solteros

Francisco saluda a la multitud después de una misa en la Plaza de San Pedro, como parte del Jubileo de la Divina Misericordia que inició este mes.
Francisco saluda a la multitud después de una misa en la Plaza de San Pedro, como parte del Jubileo de la Divina Misericordia que inició este mes.
Foto: AFP
09 de abril de 2016 - 00:00 - Agencias

Ciudad del Vaticano.-

El papa Francisco hizo pública ayer su segunda exhortación apostólica titulada ‘Amoris laetitia’, que en español significa ‘La alegría del amor’. El documento luego de 2 años de consultas a los obispos de todo el mundo sobre cómo deben afrontar los desafíos de las familias modernas. También se presenta seis meses después del sínodo en el Vaticano.   

Para algunos teólogos el texto de 256 páginas representa un giro en la doctrina de la Iglesia con respecto al trato que se le daba a los divorciados vueltos a casar.

Francisco decidió allanar el camino para los divorciados, para que puedan tomar -según cada caso- la comunión, algo impensado hasta ahora. También abre la puerta a las uniones de hecho (concubinato) y reitera con firmeza su rechazo al matrimonio entre homosexuales.

El texto fue publicado en italiano, francés, inglés, alemán, español y portugués. La exhortación incluye observaciones sobre el sacramento del matrimonio y cómo deben incluso preparar el casamiento.

Francisco admite que la iglesia ha cometido errores en “alienar a las familias”. Por ello dedica muchos pasajes para describir las presiones que hoy tienen los hogares, como la pobreza, la migración, el abuso de las drogas y la violencia. También aborda el acceso a la comunión por parte de los divorciados en nueva unión y la atención pastoral a los homosexuales, destaca la agencia Aciprensa.

La exhortación apostólica post-sinodal no se pronuncia definitivamente sobre el acceso a la comunión de los divorciados en nueva unión. Lo que hace es proponer una perspectiva pastoral en la que se tenga en cuenta “la complejidad de cada situación”, con el importante criterio del discernimiento que el Papa subraya en todo momento sin afirmar si es que, de modo general, estos fieles pueden acceder a la Eucaristía. “No es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación llamada ‘irregular’ viven en una situación de pecado mortal”, sostiene Francisco.  

En la exhortación, compuesta por nueve capítulos y 325 numerales, el Santo Padre alienta efectivamente una aproximación pastoral en la que resalta que esta actitud de ‘discernimiento’ debe servir para ayudar a las familias, a los matrimonios y a las parejas que desean casarse.

En este contexto, el Papa exhorta a formar mejor a los novios, denuncia los errores de la ideología de género y presenta una visión positiva de la vida en familia con algunas características importantes. “La pareja que ama y genera la vida es la verdadera ‘escultura’ viviente -no aquella de piedra u oro que el Decálogo prohíbe-, capaz de manifestar al Dios creador y salvador. Por eso el amor fecundo llega a ser el símbolo de las realidades íntimas de Dios”.

Francisco les da a las familias la garantía de que la Iglesia se preocupa por ellos y por su situación concreta; “quiere que sepan y sientan que no están excomulgados”.
El Pontífice argentino, que cita a los grandes escritores latinoamericanos Jorge Luis Borges, Octavio Paz y Mario Benedetti, además del psicoanalista Erich Fromm, pide que se evite dar juicios que “no tengan en cuenta la complejidad de las situaciones”.  

En la segunda exhortación de su breve pontificado, Francisco acepta las uniones prematrimoniales como un paso adelante “hacia el camino de la plenitud del matrimonio y de la familia” y reconoce las numerosas razones por las que las parejas, según el contexto social y cultural, deciden convivir.      

En el capítulo en el que aborda las relaciones homosexuales, el Papa reitera que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser “respetada en su dignidad” procurando evitar “toda discriminación injusta”. Considera inaceptable la equiparación de las uniones homosexuales con el matrimonio entre un hombre y una mujer, y subraya que “no existe fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas”, entre ambas realidades.

El Papa también sugiere algunos “rituales cotidianos” a las parejas de recién casado. “Es bueno darse siempre un beso por la mañana, bendecirse todas las noches, esperar al otro y recibirlo cuando llega, tener alguna salida juntos, compartir tareas domésticas”. (I)

Revisar la exhortación apostólica Amoris Laetitia

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