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El Papa indulta a “garganta profunda” en caso VatiLeaks
El papa Benedicto XVI indultó ayer a su ex mayordomo Paolo Gabriele, condenado en octubre a 18 meses de cárcel por haber sustraído documentos secretos del Vaticano, y que habrá pasado en total 117 días detenido en la Santa Sede.
“El Santo Padre, en un acto paternal, fue a ver personalmente a Paolo Gabriele”, tres días antes de Navidad, informó el padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano.
El encuentro, que se celebró en una sala aneja a la celda donde se hallaba el ex mayordomo, conocido como “Paoletto”, duró 15 minutos, según el portavoz.
“El Santo Padre lo visitó en la prisión, para confirmarle su perdón y comunicarle en persona que había acogido favorablemente su demanda de indulto, borrando así la pena que le había sido infligida”, precisó.
Este gesto recuerda la entrevista que Juan Pablo II tuvo en 1983 en la prisión romana de Rebibbia con su agresor turco Mehmet Ali Agca, destacó el padre Lombardi.
Paolo Gabriele, de 46 años y quien fue mayordomo del Papa desde 2006, recobró de inmediato la libertad y se dirigió a su domicilio en el Vaticano, donde residen su mujer y sus tres hijos.
Pero no podrá residir en el Vaticano. No obstante, la Santa Sede “confía en la sinceridad de sus disculpas” y lo ayudará “a recuperar una vida serena con su familia”, aludiendo a su posible integración en una congregación de la Iglesia.
Gabriele fue condenado el 2 de octubre a 18 meses de prisión por el tribunal del Vaticano por robo de documentos confidenciales.
En total habrá pasado 117 días detenido, entre su período de prisión preventiva tras ser arrestado el 23 de mayo y su encarcelación en una celda de la Gendarmería vaticana tras el veredicto.
El resto del tiempo lo pasó bajo arresto domiciliario en su apartamento ubicado en el interior del más pequeño Estado del mundo.
El VatiLeaks se desató a principio de 2012 cuando una televisión italiana publicó varias cartas enviadas por Carlo María Vigano, actual nuncio en Estados Unidos, al Papa en las que denunciaba la “corrupción, prevaricación y mala gestión” en la administración vaticana.
Después, varios diarios filtraron otros documentos en esa línea, incluso uno sobre un supuesto complot para asesinar a Benedicto XVI antes de que terminara el año.
Ante la situación creada, Benedicto XVI creó una comisión cardenalicia, presidida por el español Julián Herranz, para esclarecer las filtraciones, que interrogó a una treintena de personas.
Pero fue el 19 de mayo que el escándalo estalló en toda su plenitud: salió a las librerías el libro “Sua Santita”, de Gianluigi Nuzzi, que recoge más de un centenar de documentos reservados enviados al Papa y a su secretario, George Ganswein, y de la Santa Sede que revelan tramas e intrigas en el Vaticano.
El 23 de mayo, Gabriele fue detenido por la Gendarmería tras encontrar en su domicilio miles de documentos fotocopiados y muchos originales enviados al Papa, algunos de los cuales estaban publicados en el libro de Nuzzi.