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El Pontífice visitó la Zona Cero, donde pidió acabar con el odio religioso

“El mundo reclama voluntad efectiva”

Francisco ofrece un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York. Foto: AFP
Francisco ofrece un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York. Foto: AFP
26 de septiembre de 2015 - 00:00 - Agencias y Prensa Latina

Justicia social, equidad, paz y acciones concretas fueron las palabras más nombradas por el Papa Francisco, en su discurso ante la  Asamblea General de la ONU.

A los líderes reunidos en Nueva York les pidió más acciones que declaraciones frente a los conflictos mundiales, la protección del medio ambiente, la lucha contra los excluidos y la pobreza.

También arremetió contra la usura al denunciar la “sumisión asfixiante” a la que someten los organismos financieros internacionales cuando imponen a los países sistemas crediticios que conducen a la población a una “mayor pobreza, exclusión y dependencia”.

El Sumo Pontífice argentino fue recibido por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, su esposa y un grupo de niños que le entregaron unas flores poco antes de las 08:30 hora local. Se trata de la quinta visita de un Papa a la sede de Naciones Unidas, después de las de Pablo VI en 1965, Juan Pablo II en 1979 y 1995, y Benedicto XVI en 2008.

Entre los más de 150 jefes de Estado y de Gobierno que escuchaban sus palabras, se encontraban la canciller alemana, Ángela Merkel; el rey Felipe VI y el presidente de Cuba, Raúl Castro, con el que ha coincidido en varias ocasiones en su viaje previo a La Habana.

Desde la cuna del consumismo, Nueva York, el papa latinoamericano criticó la “cultura del descarte”, pues lleva “a una situación de exclusión e inequidad, con sus claras consecuencias”.

En su intervención, Francisco reclamó a los líderes mundiales un “examen de conciencia” que valore la respuesta dada en zonas conflictivas del mundo. En este sentido, pidió que no se caiga en un “nominalismo declaracionista con efecto tranquilizador en las conciencias” y se tomen “decisiones críticas y globales” de cara a los conflictos mundiales que aumentan el número de excluidos y necesitados.

Dijo que “el mundo reclama de todos los gobernantes una voluntad efectiva, práctica, constante y de pasos concretos”.

Se refirió directamente a Oriente Medio, el norte de África y otros países africanos. En estas zonas, según señaló, “los cristianos, junto con otros grupos culturales o étnicos e incluso junto con aquella parte de los miembros de la religión mayoritaria que no quiere dejarse envolver por el odio y la locura, han sido obligados a ser testigos de la destrucción de sus lugares de culto, de su patrimonio cultural y religioso, de sus casas y haberes”.

No refirió su apelación a los casos de persecución religiosa o cultural, sino que lo extendió a cada situación de conflicto, “como en Ucrania, en Siria, en Irak, en Libia, en Sudán del Sur y en la región de los Grandes Lagos, hay rostros concretos antes que intereses de parte, por legítimos que sean”.   

Por ello, sentenció que “las intervenciones políticas y militares no coordinadas” entre los miembros de la comunidad internacional traen “consecuencias negativas”.

También pidió la prohibición de las armas nucleares, al tiempo que valoró como positivo el acuerdo nuclear con Irán. “El reciente acuerdo sobre la cuestión nuclear en una región sensible de Asia y Oriente Medio es una prueba de las posibilidades de la buena voluntad política y del derecho, ejercitados con sinceridad, paciencia y constancia. Hago votos para que este acuerdo sea duradero y eficaz y dé los frutos deseados con la colaboración de todas las partes implicadas”, señaló.  

La vida y el medio ambiente

El Pontífice también instó a que se ponga el valor del respeto a la sacralidad de cada vida humana, de cada hombre y cada mujer; de los pobres, de los ancianos, de los niños, de los enfermos, de los no nacidos, de los desocupados, de los abandonados, de los que se juzgan descartables porque “no se les considera más que números de una u otra estadística”.

El Papa señaló que toma conciencia de su “grave responsabilidad al respecto” y alzó la voz junto a la de todos aquellos que anhelan soluciones urgentes y efectivas.

Así, evidenció que tanto la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible como la Conferencia de París sobre cambio climático son grandes esperanzas.  

En suma, el Papa reclamó a los políticos que trabajen para dar el mínimo absoluto a los pueblos. “Ese mínimo absoluto tiene en lo material tres nombres: techo, trabajo y tierra; y un nombre en lo espiritual: libertad del espíritu, que comprende la libertad religiosa, el derecho a la educación y los otros derechos cívicos”, subrayó.

Por otro lado, el Pontífice denunció que el narcotráfico es una guerra “pobremente combatida”, al tiempo que alertó de que la corrupción resta “credibilidad” a las instituciones.

Según Francisco, el narcotráfico “silenciosamente se viene cobrando la muerte de millones de personas” y consideró que es un tipo de “conflictividad” a la que acompañan “la trata de personas, del lavado de activos, del tráfico de armas y de otras formas de corrupción.

Después de su intervención en la ONU, el Papa visitó la Zona Cero de Nueva York y rezó la misma oración que Benedicto XVI pronunció en 2008 por las víctimas que murieron hace 14 años durante el atentado contra las torres gemelas de Nueva York.

Durante el encuentro en el Memorial del 11-S, solicitó que se destierren “sentimientos de odio, de venganza y de rencor”. (I)

$ 5 billones costarán las 17 metas del milenio

Los líderes del planeta prometieron acabar con la pobreza en 2030 cuando este viernes adoptaron en Naciones Unidas un ambicioso programa de desarrollo sostenible, a un costo de $ 5 billones.   

En la apertura de una cumbre que reunirá hasta el domingo a más de 150 jefes de Estado y de gobierno en la sede de la ONU en Nueva York, los países fijaron 17 metas, divididas en 169 objetivos para los próximos 15 años.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, señaló que la nueva agenda representa una “visión del mundo universal, integrada y transformadora”.

Pero advirtió de la necesidad de que la comunidad internacional se comprometa con la implementación del plan.        

El programa busca acabar con la pobreza, promover la educación, garantizar vidas más saludables y combatir el cambio climático hasta 2030.

El documento fue ratificado durante la inauguración de una cumbre de desarrollo que reunirá a más de 150 jefes de Estado.

En el primer día de la Cumbre, el presidente boliviano Evo Morales, manifestó que si se quiere erradicar la pobreza, la principal meta de la agenda adoptada, hay que poner fin al capitalismo y a sus valores.

Mientras que mandatario Juan Manuel Santos reafirmó el compromiso de Colombia con los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El presidente Rafael Correa hablaría en la ONU el lunes. (I)

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