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El exespía Stiusso declaró que no atendió llamada del fallecido fiscal
El homenaje a Nisman tuvo un tinte electoral (Galería)
Sin poder evitar el uso político y mediático de la oposición a ocho meses de las elecciones presidenciales, decenas de miles de argentinos participaron el miércoles por la noche en el centro de Buenos Aires de una multitudinaria ‘Marcha del Silencio’ en homenaje al fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, a un mes de su misterioso fallecimiento.
La movilización reunió a unas 400.000 personas, según la Policía metropolitana, al grito de “Justicia” y por el esclarecimiento de una muerte que ha conmovido a toda la sociedad, más allá de banderías políticas.
La marcha, convocada por 5 fiscales, algunos de los cuales fueron denunciados por entidades judías por entorpecer la investigación del atentado terrorista contra la mutual judía que en 1994 causó 85 muertos, se celebró en forma pacífica y en medio de una intensa lluvia. La fila estuvo encabezada por los fiscales convocantes y la exesposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, y sus hijas.
Detrás de ellos, mezclados entre la gente, marcharon varios candidatos presidenciales opositores, como el alcalde derechista de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri; y el diputado del peronismo renovador Sergio Massa, entre otros. “Espero que el Gobierno escuche la marcha” dijo Macri.
La movilización coincidió con el anuncio de la declaración ante la justicia del exespía Horacio Antonio ‘Jaime’ Stiusso, señalado por el Gobierno como parte de un complot que culminó con la muerte de Nisman. Según un escueto comunicado de la fiscal Viviana Fein, la declaración se realizó el martes. El fallecido fiscal telefoneó tres veces a Stiusso, su estrecho colaborador en la causa AMIA, un día antes de su muerte. Pero según los diarios Página 12 y La Nación, el exespía afirmó que no atendió ninguna de esas llamadas hechas a un teléfono celular que usaba otro agente y declaró que su último contacto con Nisman fue en diciembre pasado. Stiusso habría viajado a Uruguay tras prestar declaración.
“Vengo por verdad y justicia”, fue la explicación que primó entre los asistentes a la marcha, en su gran mayoría de la influyente clase media de la capital argentina adversa al ‘kirchnerismo’. Otros prefirieron descargar sus críticas contra el Gobierno, como un hombre que ante las cámaras de televisión afirmaba: “Esta democracia tiene mucho de dictadura”. Marchas similares se realizaron en varios puntos del país.
“Fue una marcha opositora”, dijo el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández.
La movilización unió el Congreso de la Nación con la histórica Plaza de Mayo, a unas 20 cuadras. A pocos pasos del histórico paseo funciona la oficina donde Nisman investigaba el atentado a la mutual judía AMIA. Allí se rindió un minuto de silencio en su memoria.
El fiscal apareció muerto con un balazo en la cabeza el 18 de enero pasado, cuatro días después de denunciar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por encubrimiento a los acusados iraníes del ataque terrorista. Su denuncia fue retomada por el fiscal Gerardo Pollicita, que imputó a la jefa de Estado en la causa junto a su canciller, Héctor Timerman; el titular de la agrupación juvenil kirchnerista La Cámpora, el diputado Andrés Larroque; y dos dirigentes sociales.
Los convocantes a la movilización dijeron que la marcha era apolítica, pero en plena campaña electoral fue evidente el uso que la oposición hizo de este acto simbólico para pedir justicia y en homenaje a Nisman.
Datos
El Congreso argentino convocó para el lunes próximo al fiscal Gerardo Pollicita a informar sobre el estado de la denuncia de su fallecido colega Alberto Nisman contra la presidenta Cristina Kirchner, por presunto amparo a exfuncionarios iraníes acusados de un ataque antisemita en 1994.
Pollicita dio curso a la acusación, que pasó a manos del juez Daniel Rafecas, pero rechazó un pedido de indagatoria a la mandataria, entre otros requerimientos de Nisman, al considerar que no se ajustaban a derecho.
El lunes 18 de julio de 1994 un coche-bomba explotó en el edificio donde funcionaban la mutual judía AMIA y la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), en un barrio judío en el centro de Buenos Aires. Hubo 85 muertos y 300 heridos. Alberto Nisman responsabilizó al Gobierno de Irán y al grupo armado libanés Hezbolá.