Brasilia

La Copa Mundial de Fútbol Brasil 2014 se encuentra en la fase de cuartos de final y todo marchaba bien sin mayores protestas ni problemas de infraestructura, hasta este jueves.

Con el derrumbe de un viaducto sobre vehículos que transitaban por una carretera de Belo Horizonte (sureste), una de las 12 ciudades del Mundial, vuelve a aparecer el fantasma de la desorganización, las graves falencias en sus obras, el despilfarro de dinero en estadios sin terminar y las protestas sociales. El gobierno de Dilma Rousseff habría cancelado más de $ 77 millones por la obra.

La tragedia ocurrió en una vía en construcción que se desmoronó sobre la avenida principal Pedro I a la altura del barrio San Juan Bautista, en la sede mundialista de Belo Horizonte.

Con el derrumbe, la estructura cayó sobre la parte delantera de un autobús. Además, destruyó completamente un auto y 2 camiones. De acuerdo con el Cuerpo de Bomberos, al menos 2 personas resultaron muertas y otras 22 están heridas, informó la Secretaría de Salud del estado de Minas Gerais.

En un escueto comunicado la empresa que construyó el viaducto, Cowan S.A., manifestó que “lamenta la tragedia y que la prioridad es apoyar a las víctimas” y envió técnicos locales para ver qué ocurrió y apuntar el viaducto. También se confirmó que la obra no estaba terminada y que será demolida por una implosión. La firma, creada en 1958, es también responsable de las obras de ampliación del subte de Río de Janeiro.

La constructora informó también que ya fueron direccionados al lugar equipos para la remoción de la estructura caída y el apuntalamiento del segundo viaducto.

Otros incidentes

Brasil 2014 acarreaba graves deficiencias de infraestructura en sus estadios que con el comienzo del Mundial se habían aplacado. Uno de los últimos decesos ocurrió el 8 de mayo de 2013 cuando uno de los obreros que trabajaba en la construcción del Arena Pantanal de la ciudad de Cuiabá, una de las 12 sedes de la Copa Mundial, se electrocutó y subió a 8 el número de fallecidos en las obras, destacó el diario El Comodorense.

Otra muerte que se produjo en las obras de un estadio mundialista fue en Sao Paulo el 29 de marzo, en la que un trabajador falleció al caer de una altura de 8 metros cuando trabajaba en la instalación de las tribunas provisionales del Arena Corinthians.

En tanto, la caída de una grúa que había provocado 2 muertes en el Arena Corinthians (São Paulo), el 27 de noviembre de 2013, dejó serias dudas sobre la capacidad real de Brasil para llevar adelante grandes eventos.

A la desorganización se sumaron las manifestaciones contra la realización del Mundial que se convirtieron en otro problema para el Gobierno y para los organizadores desde que miles de personas salieron a las calles en junio de 2013 para protestar, entre otras cosas, por los costos que implica el evento.

En el país anfitrión hubo problemas en el transporte público que dejó decenas de vehículos dañados en Río de Janeiro, sede de la final del Mundial, a raíz de un paro de 48 horas iniciado por un grupo de choferes de bus en demanda de mejoras salariales.

Río de Janeiro ha sido escenario de varias huelgas en diversos sectores, por ejemplo de los profesores de escuelas y universidades públicas, que se declararon en huelga el lunes en reclamo de mejores salarios y condiciones de trabajo.

El gasto para la reforma o construcción de los 12 estadios alcanza los 8.000 millones de reales (unos $ 3.400 millones), según el Sindicato Nacional de Arquitectura y de la Ingeniería, que realiza el seguimiento mensual de proyectos relacionados con la competición.

Por otra parte, en el Mundial de Alemania 2006 se gastaron $ 1.500 millones, para el mismo número de estadios. En Sudáfrica, en 2010, el valor aproximado fue de  $ 1.400 millones, cerca de 1.000 millones de euros) para 10 estadios.

Para las previsiones brasileñas, los gastos en estadios sumarán cerca de 5.400 millones de reales (unos $ 2.300 millones), según el documento Matriz de Responsabilidades de 2010, que reunía costes y plazos estimados de cada ciudad-sede para la conclusión de las obras. Unos 3 años antes, cuando el país fue seleccionado para acoger el Mundial 2014, el valor estimado era de un poco más de 2.500 millones de reales (más de $ 1.000  millones).