El comisionado de la Patrulla Fronteriza, Mark Morgan, reconoció que Estados Unidos básicamente cerró sus fronteras a solicitantes de asilo político que temen ser perseguidos, incluyendo a aquellos que intentan entrar legalmente al país.

La administración de Donald Trump realizó 10.000 deportaciones usando normativas sanitarias para evitar el contagio del coronavirus, que dieron al Servicio de Aduanas y a la Patrulla Fronteriza la autoridad para obviar leyes de inmigración, dijeron fuentes de la Patrulla al diario The Washington Post.

La Patrulla Fronteriza tiene ahora menos de 100 detenidos, en comparación a los 20.000 que tenía en abril de 2019 cuando se registraba una crisis migratoria.

Los cruces ilegales se redujeron en una proporción del 56% desde que se implementaron las deportaciones rápidas, dijo el comisionado Mark Morgan. “Los indocumentados o los que no tienen autorización para entrar son rechazados de inmediato”, dijo Morgan. (I)