La Fiscalía mexicana anunció la detención de 16 policías municipales presuntamente vinculados con el asesinato de más de 120 personas, cuyos cuerpos fueron hallados en fosas clandestinas en el municipio de San Fernando, en el estado de Tamaulipas, noreste de México.

La Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía) precisó que los 16 agentes fueron "puestos a disposición" de las autoridades porque presuntamente encubrieron a los probables responsables de los asesinatos en San Fernando, atribuidos al cartel de Los Zetas.

En un mensaje leído a los medios, la procuradora Marisela Morales explicó los avances en la investigación sobre los homicidios y señaló que actualmente se encuentran detenidas 17 personas que participaron en el crimen.

Agregó que han identificado y se busca a otras cuatro personas, entre estos una mujer, que son dirigentes de Los Zetas en Tamaulipas.

La fiscal anunció que la PGR ofrece recompensas de 15 millones de pesos (1,2 millones de dólares) por información que permita la localización y detención de Salvador Alfonso Martínez, líder de la organización criminal, y de Omar Martín Estrada, jefe de célula.

Además, 10 millones de pesos (840.000 dólares) por Román Ricardo Palomo y Saraí Fabiola Díaz, miembros de esta organización delictiva.

La dependencia pidió a la sociedad su colaboración para detener a los responsables de estas muertes y señaló que se designará a un servidor público para recibir la información.

Con la detención de los 16 policías suman hasta ahora 33 las personas detenidas por los hechos en San Fernando.

La fiscal dijo que por este hecho ha mantenido una permanente comunicación con los Gobiernos centroamericanos por si hubiera entre las víctimas ciudadanos de esos países.

En días pasados se informó que entre los cadáveres estaba el de un inmigrante guatemalteco.

Las autoridades mexicanas han hallado desde la semana pasada 126 cadáveres en el municipio de San Fernando, un sitio en donde el año pasado se descubrieron los cuerpos de 72 inmigrantes, en su mayoría centroamericanos.

Este suceso, uno de los más sangrientos en las últimas décadas, ha sacudido a la sociedad mexicana, ya de por sí sensible por la ola de violencia que ha dejado más de 35.000 muertos en los últimos cuatro años.