Publicidad
Cumbre sobre clima inicia sin expectativas de alcanzar acuerdos
Doha.-
La conferencia de cambio climático inició ayer en Doha, Catar, con posiciones alejadas entre los 190 países participantes y sin expectativas de alcanzar acuerdos vinculantes para reducir las emisiones contaminantes que involucren a las economías desarrolladas y emergentes.
Se trata de una cumbre con un perfil bajo, donde se van a tratar a priori temas colaterales, ya que desde Copenhague (2009) se perdió la oportunidad de alcanzar un acuerdo vinculante con objetivos cuantitativos y plazos que dieran continuidad al Protocolo de Kioto, que expira a finales de este año.
La concentración sin precedentes de gases con efecto de invernadero (GEI) en la atmósfera y el riesgo de un calentamiento de 4º C para el año 2060 llevaron a que se produjeran llamados de alerta en la cumbre climática que se extenderá hasta el 7 de diciembre. “Cada vez nos queda menos tiempo (...) La conferencia de Doha presenta un desafío único: mirar hacia el presente y el futuro”, declaró la responsable de la ONU para el Clima, Christiana Figueres, en su discurso de apertura.
Por el momento las iniciativas adoptadas por los diversos países para reducir sus GEI están lejos de permitir contener el calentamiento a +2º C, el objetivo de la comunidad internacional y límite más allá del cual el sistema climático podría dispararse con efectos incontrolables.
La firma de un segundo período de compromiso de Kioto será uno de los temas de esta cita, aunque tendrá un alcance simbólico. Su principio fue decidido en Durban (Sudáfrica), a fines de 2011. En Doha los países deberán ponerse de acuerdo sobre la duración de Kioto 2 y sus objetivos de reducción de GEI.
Pero Kioto 2 podría limitarse al 15% de las emisiones de GEI mundiales -las de la Unión Europea y de Australia-, ya que Canadá, Rusia y Japón no quieren participar y Estados Unidos no ratificó el tratado.
Mientras la Unión Europea afirma que prevé reducir sus emisiones de GEI un 20% en 2020, con respecto a 1990. “Estamos dispuestos a aumentar ese objetivo a 30%, si las grandes economías hacen un esfuerzo”, declaró el negociador jefe de la UE", Artur Runge-Metzger.