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El Telégrafo
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Shaker Aamer denunció abusos, violaciones y Maltratos

Británico en Guantánamo relata su infierno diario

Activistas desarrollaron una campaña por la liberación de Shaker Aamer. Cortesía de Amnistía Internacional.
Activistas desarrollaron una campaña por la liberación de Shaker Aamer. Cortesía de Amnistía Internacional.
06 de octubre de 2015 - 00:00 - Leonardo Boix, corresponsal en Londres

El último preso británico en la cárcel estadounidense de Guantánamo, en Cuba, denunció ser blanco de abusos físicos, intimidación y violencia por parte de soldados norteamericanos, y advirtió ahora que teme por su vida, a días de su supuesta liberación.

Shaker Aamer, de 46 años, advirtió a su esposa y cuatro hijos, en Londres, su miedo de morir en cautiverio. Por eso inició una huelga de hambre por el maltrato sufrido de parte de sus carceleros.

Aamer, nacido en Arabia Saudita pero con nacionalidad británica al trasladarse a este país en 1996, espera ser liberado tras permanecer más de 13 años en Guantánamo sin cargos formales en su contra.

El británico no puede ser liberado inmediatamente porque la Administración estadounidense debe darle al Congreso un aviso de 30 días antes para dicha excarcelación.

“Sé que hay gente que no quiere que vuelva a ver el sol nunca más”, afirmó Aamer al dominical inglés Mail on Sunday.

“No significa nada que hayan firmado papeles, ya que puede ocurrir cualquier cosa antes de que salga. Pero si muero será responsabilidad de los estadounidenses”, agregó.

Aamer hizo una serie de denuncias de torturas y abusos físicos en la prisión militar de Cuba, bajo el control de tropas estadounidenses.

El prisionero dijo que los guardias que lo custodiaban abusaban físicamente de él de forma frecuente, además les entregaba muestras de sangre en contra de su voluntad.

Aamer manifestó que estuvo en cautiverio varios días en un hangar de Afganistán con bajas temperaturas en el invierno.

También denunció que agentes de inteligencia británicos, entre ellos espías de las agencias secretas MI5 y MI6, estuvieron presentes en un violento interrogatorio conducido por soldados estadounidenses, durante el cual su cabeza fue golpeada constantemente contra una pared.

Hace dos años Aamer presentó un comunicado, como testigo a la Policía Metropolitana, detallando el “infierno” diario que padece en la prisión de Guantánamo.

El británico, cuya familia vive en el barrio londinense de Battersea, en el sur de la capital, fue capturado en 2001 cuando trabajaba como voluntario en Afganistán, pocos días después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de ese año en Estados Unidos.

Luego de su captura fue entregado a las fuerzas estadounidenses y en febrero de 2002 lo transfirieron a Guantánamo, y acusado de ayudar a Al Qaeda.

A pesar de que fue acusado de estar vinculado a Osama Bin Laden, jamás recibió cargos formales ni sometido a juicio.

En el año 2007, todas las sospechas en su contra fueron anuladas y a pesar de un pedido formal para su regreso a Gran Bretaña, presentado por el entonces ministro de Relaciones Exteriores británico, el laborista David Miliband, las autoridades de Estados Unidos se negaron a dejarlo en libertad.

Los grupos de defensa de derechos humanos y civiles, entre ellos Amnistía Internacional (AI), Reprieve y Liberty criticaron duramente al Gobierno británico por no hacer suficiente para garantizar su liberación y pidieron que las autoridades tomen medidas urgentes para acelerar el proceso.

En enero de 2010, el periódico inglés The Independent reveló que el Gobierno británico gastó cerca de $ 500.000 para impedir en los tribunales que los abogados defensores de Aamer pudieran acceder a evidencia que demostraba su total inocencia.

Además, el matutino reportó  que Aamer denunció en varias oportunidades que su salud era muy precaria por los “inhumanos” abusos y ataques de violencia sufridos frecuentemente durante su cautiverio en Guantánamo

Según The Independent, el Gobierno británico incluso le dio “falsas esperanzas” a la familia del prisionero acerca de que su liberación “sería inminente”.

En marzo de 2015, el prominente abogado británico John McDonnell sostuvo que el caso de Shaker Aamer “es uno de los peores casos de injusticia en las últimas décadas, luego de que el hombre recibiera un trato brutal e inhumano por años”.

Tres meses más tarde un grupo de 80 celebridades británicas, incluidos escritores, actores, directores de cine y músicos, instó en una carta abierta al presidente estadounidense, Barack Obama, a liberar de inmediato a Aamer. (I)

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