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Argentina elegirá presidente entre inflación y crisis social

Los seis candidatos a la Presidencia argentina celebraron ayer sus cierres de campaña para las elecciones del próximo domingo en diversos puntos del país, como en Córdoba y Mar del Plata.
Los seis candidatos a la Presidencia argentina celebraron ayer sus cierres de campaña para las elecciones del próximo domingo en diversos puntos del país, como en Córdoba y Mar del Plata.
Foto: EFE/Juan Ignacio Roncoroni
25 de octubre de 2019 - 00:00 - Redacción - Agencia EFE

En Buenos Aires hay un parque que en escasos metros divide dos universos: el de los rascacielos de Puerto Madero, el barrio más caro de Latinoamérica, y la villa Rodrigo Bueno, un entramado de calles estrechas y viviendas precarias, algunas de ellas sobre palafitos al borde de un canal.

En la villa Rodrigo Bueno, denominada así en honor al cantante conocido como “El Potro” -fallecido en 2000 a los 27 años-, los vecinos, en su mayoría inmigrantes peruanos y paraguayos, luchan por la integración.

Uno de sus abanderados es el padre Alejandro Seijo, un “cura villero” que se encarga de la capilla de nuestra señora de los Milagros de Caacupé y que atiende también la de Nuestra Señora de la Esperanza, en Puerto Madero. “Yo te mando a un barrio de ricos, pero para atender también a los pobres”, le dijo el papa Francisco cuando le envió allí, donde le cuesta convivir entre dos realidades.

En Argentina, la famosa “grieta” lo divide todo: la sociedad (ricos y pobres), el fútbol (Boca-River) y hasta la música (Soda Stereo-Indio Solari), pero de una manera especialmente enconada la política (peronistas y antiperonistas). Argentina no es solo un país, son varios.

Argentina vive desde 2018 un repunte de sus crisis con otra devaluación del peso que derivó en un nuevo rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI); esta vez por una cifra récord: $ 57.000 millones. La partida de $ 5.400 millones que debía recibir en septiembre ha quedado pospuesta para después de las elecciones.

La recesión se agravó después de las elecciones primarias de agosto pasado, en las que los ciudadanos eligieron a los candidatos que competirán en las presidenciales del próximo día 27: el peronista Alberto Fernández, que lleva como candidata a la Vicepresidencia a la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, superó en dieciséis puntos al actual presidente, Mauricio Macri, quien busca la reelección. 

El inesperado resultado cambió el escenario político y desató una tormenta financiera. Desde esa fecha hasta ahora, el peso se depreció casi el 29%, las reservas internacionales cayeron de unos $ 66.000 millones a unos $ 48.000, y la inflación se disparó y se espera que termine el año en torno al   55%, uno de los índices más altos del mundo.

La crisis se palpa en Rodrigo Bueno, donde viven unas 2.700 personas. Muchas de ellas se han quedado sin trabajo porque se dedican a la construcción, un sector que en agosto acumulaba un retroceso del 8%. La tasa de desempleo ha subido al 10,6%, la cifra más elevada en 13 años.

Crisis en espiral
Así como Argentina está acostumbrada a las movilizaciones sociales y sindicales, también lo está a las crisis económicas que son cíclicas.

“Argentina siempre ha vivido crisis financieras, prácticamente una cada 10 años, proceso de inflación continuo y de default (cese de pagos) continuo”, explica el analista económico Fausto Spotorno.

“Hemos pasado por gobiernos militares, democráticos... y todos terminan en un gran problema de la administración pública. En el fondo, uno podría preguntarse si no es una gran crisis de la economía argentina que viene explotando cada tanto”.

Para Spotorno, el Gobierno de Macri sabía que tenía que mejorar el tema energético, solucionar el precio de las tarifas, resolver la cuestión fiscal y el tema de la inflación.

El problema estuvo en la forma de ejecutar esos objetivos y en no tener una política macroeconómica integral.

Entre los logros del Gobierno de Macri, algunos analistas apuntan a la disminución del déficit fiscal primario, que se estima que cerrará el 2019 en el 0,5% del PIB, la apertura comercial de Argentina al mundo y la lucha contra el narcotráfico.

Macri llegó al poder en 2015 con la promesa de bajar la inflación y lograr una “pobreza cero”, pero el índice era del 32% en 2018, y este año alcanzó el 35,4%, el mayor desde 2001 y por encima del 29% que dejó su antecesora, Cristina Kirchner, según datos de la Universidad Católica Argentina. (I)  

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