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El Telégrafo
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La población sufre las consecuencias de una guerra civil que inició en 2013

2,8 millones de personas padecen hambre en Sudán del Sur

Varias personas esperan para recoger comida que la Cruz Roja Internacional les lanza desde aviones, en la localidad de Thonyor, en Sudán del Sur.
Varias personas esperan para recoger comida que la Cruz Roja Internacional les lanza desde aviones, en la localidad de Thonyor, en Sudán del Sur.
Foto: AFP
09 de febrero de 2016 - 00:00 - Agencias AFP y Prensa Latina

Sudán del Sur se enfrenta a niveles sin precedentes de inseguridad alimentaria, ya que 2,8 millones de personas, casi el 25% de la población del país, siguen necesitando ayuda alimentaria con urgencia, y por lo menos 40.000 están al borde de una situación catastrófica como consecuencia de la guerra civil.

La Organización de las Naciones Unidas para Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) indicaron que estas cifras son especialmente preocupantes, porque muestran un aumento en el hambre durante el período post-cosecha, momento en que el país goza tradicionalmente de una  mayor seguridad alimentaria.

El número de personas que padecen inseguridad alimentaria alcanzará su punto álgido durante la próxima temporada de carestía, normalmente peor entre abril y julio, cuando la disponibilidad de alimentos es más baja.

Según el análisis de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), se prevé que la temporada de carestía se inicie a principios de este año, y que el período de hambre será más largo que en años anteriores.

Los 3 organismos de la ONU señalaron que la temporada seca, que ahora comienza, podría traer dificultades adicionales a la población que se enfrenta a los niveles más graves de hambre. Las personas desplazadas en el estado de Unity afectado por el conflicto -que han sobrevivido gracias al pescado y los lirios acuáticos- se están quedando sin sus únicas fuentes de alimentos debido al retroceso de las inundaciones.

Los robos de ganado han privado a muchos habitantes de productos de origen animal esenciales como la leche, que fue su principal medio de supervivencia durante el período de escasez del año pasado. A menos que la ayuda humanitaria pueda llegar a ellos de forma fiable durante la estación seca, se enfrentan a una situación desastrosa en los próximos meses.

Por esta razón, la ONU solicita una rápida implementación del acuerdo de paz firmado el pasado año, y el acceso sin restricciones a las zonas de conflicto, para distribuir suministros que son necesarios en las áreas más afectadas.

Sudán del Sur accedió a la independencia en julio de 2011 al cabo de décadas de conflicto con el poder central de Jartun.

El 15 de diciembre de 2013, enfrentamientos entre sectores de las Fuerzas Armadas dieron inicio a una guerra civil entre facciones lideradas por el presidente Salva Kiir y su exvicepresidente Riek Machar, con diferencias políticas y étnicas como telón de fondo.

Serge Tissot, representante interino de la FAO en Sudán del Sur, señaló que “no son solo las zonas directamente afectadas por los conflictos las que sufren inseguridad alimentaria: unas 200.000 personas en los estados de Bahr El Ghazal septentrional y Warrap también han visto deteriorarse su acceso a los alimentos, debido a factores como la inflación y las disrupciones de los mercados vinculadas al conflicto”.

“Durante la temporada seca, hay que hacer un esfuerzo masivo de posicionamiento previo para que podamos seguir ayudando a la población, ya que después las carreteras se vuelven intransitables, una vez que lleguen las lluvias”, advirtió el director de país del PMA Joyce Luma. “El aumento de la inseguridad en Greater Equatoria está obstaculizando la entrega de la ayuda humanitaria a través de las rutas principales, retrasando nuestros esfuerzos para prepararnos y dar respuesta a las personas que más lo necesitan”.

El informe del CIF también pone de relieve la prevalencia generalizada de niveles de emergencia de malnutrición como cuestión que genera gran preocupación. La malnutrición en Sudán del Sur se atribuye principalmente al consumo insuficiente de alimentos, junto con otros factores como las enfermedades, los hábitos alimentarios, y la falta de servicios de sanidad y nutrición. “Las familias han estado haciendo lo posible para sobrevivir, pero ahora se están quedando sin alternativas”, subrayó por su parte Jonathan Veitch, representante de Unicef en Sudán del Sur.

Trabajando con un gran número de organizaciones internacionales y no gubernamentales locales, la FAO, Unicef y el PMA continúan distribuyendo ayuda para salvar vidas y medios de subsistencia en circunstancias difíciles.

La FAO tiene previsto asistir a 2,8 millones de personas en la producción de alimentos y la protección de sus activos ganaderos en 2016, frente a los 2,4 millones de beneficiarios del año pasado. El apoyo de emergencia a los medios de subsistencia de la FAO incluye material para el cultivo de hortalizas, aparejos de pesca y vacunas para más de 5 millones de cabezas de ganado.

Por su parte Unicef se dispone a brindar este año tratamiento médico a más de 165.000 niños que sufren malnutrición aguda. El año pasado atendió a 144.000. Mientras que PMA distribuyó alimentos y ayuda nutricional a unos 3 millones de personas en Sudán del Sur en el último año, en colaboración con 87 ONG asociadas y usando todas las herramientas a su disposición, incluyendo lanzamientos aéreos, barcazas, transferencias de efectivo, compras locales de alimentos y alimentos nutritivos especializados. (I)

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