La explosión en la principal refinería de Venezuela hace un año, que dejó 40 muertos, ocurrió por una “fuga descomunal” de gas tras una “intervención” debida a “un sabotaje”, reiteró ayer el Gobierno.
“El comité de investigación ha llegado a la conclusión de que el origen de la falla tiene que ver con un sabotaje deliberado contra uno de los sistemas más críticos (...) que dio lugar a una fuga tremenda, descomunal, de olefina (un hidrocarburo)”, afirmó el ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, en una entrevista divulgada ayer por el canal privado Televen.
“Fueron 3.570 barriles (de olefina) que se escaparon al ambiente en 68 minutos”, explicó el también presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), al revelar parte de los resultados de una investigación sobre la gran explosión del 25 de agosto de 2012 ocurrida en la refinería de Amuay, al noroeste del país.
El Gobierno venezolano sostiene que el accidente, que redujo a cenizas parte de las instalaciones, viviendas y comercios de los alrededores de la refinería, fue un “sabotaje” de la oposición.