Después de más de una década en auge, el consumo  de cocaína parece decaer en Europa, según un informe de la agencia de la  UE sobre drogas, que advierte sin embargo de la amenaza que supone la  aparición de nuevas sustancias sintéticas.
 El informe anual  del Observatorio Europeo sobre Drogas y Toxicomanías (OEDT), con sede en  Lisboa, apunta por primera vez desde que se pusiera en marcha, en 1995,  a un descenso en el uso de cocaína registrado principalmente en los  países con mayores tasas de consumo, entre ellos España.
 El  director de este organismo, el alemán Wolfgang Gotz, destacó hoy en la  presentación de este estudio que se han encontrado "indicios" de que la  "burbuja" en el consumo de cocaína "ha explotado".
 Estas  señales son especialmente perceptibles en España y Reino Unido, los dos  países que lideran las estadísticas sobre el uso de esta sustancia, y  que revelan que 14,5 millones de europeos de entre 15 y 64 años la han  probado en alguna ocasión (es decir, un 4,3 % de la población) y que 4  millones lo han hecho durante el último año.
 Según los datos  aportados en el informe -basados mayoritariamente en cifras de 2009-, el  10,2 por ciento de la población española ha probado en alguna ocasión  la cocaína, el mayor porcentaje de toda la UE, sólo seguido por el Reino  Unido (8,8 %) e Italia (7%), y casi el doble que el cuarto clasificado,  Irlanda.
 Sólo en ese año, el porcentaje de españoles que  consumió esta sustancia se situó en el 2,7 por ciento -cuatro décimas  menos que en 2007- frente al 2,5 por ciento de los británicos y el 2,1  por ciento de los italianos.
 "Las estadísticas nos hacen  pensar que ha podido acabar el boom de la cocaína que vivimos desde  hace diez años", aseguró hoy a Efe el director de la unidad de  epidemiología y gestión de datos del OEDT, el español Julián Vicente.
 El propio informe relaciona este fenómeno con su elevado coste -entre  50 y 80 euros el gramo-, lo que "puede convertirla en una opción menos  atractiva en países donde la austeridad está a la orden del día".
 Entre los motivos que explican esta caída en el consumo de cocaína  figuran también el deterioro en la imagen asociada a esta droga, ya no  tan relacionada con ambientes elitistas, así como la sensibilización de  la sociedad hacia los problemas de salud que acarrea.
 El  descenso en el uso de cocaína podría suponer, por contra, un incremento  del consumo de otras drogas más baratas como las sintéticas, según  admitió Julián Vicente, que puso como ejemplo al Reino Unido, donde  estas últimas han aumentado notablemente.
 Precisamente las  llamadas drogas sintéticas y de diseño son la nueva preocupación de la  UE, que advierte tanto del riesgo que entrañan como de su veloz  desarrollo.
 El sistema de alerta rápida europeo detectó a lo  largo de este año 39 nuevas sustancias psicoactivas desconocidas hasta  el momento y 41 más en 2010, lo que obligará incluso a "clarificar" la  respuesta europea y revisar su futura estrategia, ya que la actual  termina en 2012.
 Así lo explicó hoy en Lisboa la directora de  la unidad de política anti-droga de la Dirección General de Justicia de  la Comisión Europea, Dana Spinant, quien auguró que este asunto será  discutido durante los primeros meses del próximo año.
 Spinant  defendió que las políticas europeas deben basarse en los datos  científicos disponibles y advirtió de la dificultad que entraña legislar  sobre la venta de estas drogas -compuestas por químicos legales  utilizados para elaborar medicinas- y más aún en Internet, donde se  compran habitualmente estas sustancias.
 El informe de la OEDT  refleja cierta estabilización e incluso ligeros retrocesos en el uso del  cannabis o la heroína, pero advierte de otros riesgos, como la  tendencia creciente al "policonsumo", es decir, a la mezcla de varios  estupefacientes, entre ellos el alcohol.
 También alerta del  impacto de la actual crisis económica en los presupuestos públicos  destinados a la lucha contra la droga, y que ya en 2008 -primer año de  la recesión y el último del que se tienen datos en este apartado-  comenzaba a percibirse.