Ecuador / Sábado, 27 Septiembre 2025

El Tribunal Supremo de EE.UU. invalidó este martes una parte clave de una histórica ley federal de 1965 que protege el derecho al voto de las minorías raciales en el país y dijo que corresponde al Congreso diseñar una "nueva fórmula" para evitar la discriminación.

Con un fallo muy dividido, adoptado por una votación de 5 a 4, quedó invalidada la sección cinco de la Ley de Derecho al Voto, que obliga a algunos estados y partes de otros considerados de "tradición discriminatoria" a recibir permiso del Gobierno antes de llevar a cabo cualquier modificación electoral.

Tanto el Gobierno, empezando por el presidente Barack Obama, como grupos de activistas se mostraron decepcionados por el fallo sobre la ley, considerada entre las más importantes sobre derechos civiles de la historia de EE.UU.

El requerimiento del permiso del Gobierno para hacer modificaciones electorales afectaba a nueve estados y a partes de otros seis, en su mayoría en el sur del país y con predominio de población blanca.

El caso se derivó de una demanda presentada por el condado Shelby del sureño estado de Alabama, uno de los afectados y que decidió impugnar la constitucionalidad de la parte de la ley invalidada hoy.

"Nuestra decisión de ninguna manera afecta a la prohibición permanente, a nivel nacional, de la discriminación racial en la votación", escribió el presidente del Supremo, John Roberts, encargado de redactar un fallo del que disintieron los cuatro jueces progresistas del alto tribunal.

Según Roberts, "el país ha cambiado" y el Congreso debe garantizar que cualquier legislación para evitar la discriminación de afroamericanos e hispanos a la hora de votar se base "en las condiciones actuales" y no en las de hace varias décadas.

Como parte de su decisión, el tribunal publicó un gráfico que señala, en el caso de Alabama, que la tasa de inscripción electoral de los blancos pasó del 69 al 74 % entre 1965 y 2004, y del 19 al 73 % en el caso de los negros.

La Ley de Derecho al Voto se invoca a menudo y se ha utilizado para bloquear más de 1.000 cambios propuestos a leyes electorales entre 1982 y 2006, de acuerdo con el Centro Brennan para la Justicia, de la Universidad de Nueva York.

La decisión del Supremo "derrota décadas de prácticas bien establecidas que ayudan a asegurarse de que el voto es justo, especialmente en lugares donde la discriminación en la votación ha sido históricamente predominante", sostuvo Obama en un comunicado difundido por la Casa Blanca tras conocerse el fallo.

Tras calificar ese fallo de "revés", el presidente dijo que, no obstante, "no representa el final de los esfuerzos por terminar con la discriminación en el voto" y pidió que el Congreso "apruebe una legislación para garantizar que todos los estadounidenses tengan igual acceso a las urnas".

En la misma línea, el vicepresidente Joe Biden también se declaró "decepcionado" y el secretario de Justicia, Eric Holder, sostuvo que la "necesidad" de tener la Ley de Derecho al Voto "intacta" sigue siendo "clara", al citar casos de "cambios electorales discriminatorios" en Texas y Carolina del Sur que pudieron frenarse en 2012.

Holder señaló que su departamento no dudará en tomar medidas "contra cualquier jurisdicción que busque sacar provecho de la decisión del Supremo para obstaculizar" el derecho al voto de las minorías.

Mientras, la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos (NALEO, en inglés) expresó en un comunicado su decepción y ejemplificó que Texas, donde los hispanos han crecido enormemente en la última década, ha intentado varias veces discriminar a esos votantes.

Por contra, las autoridades del condado Shelby celebraron la decisión del Supremo como una victoria y calificaron de "gran noticia" que se ponga fin al "escrutinio obsoleto" recogido en la Ley de Derecho al Voto.