El "abominable hombre de las nieves" se   encuentra en Suiza, o al menos una parte de él, ya que una extraña piel   azul durante años atribuida al temible Yeti se vendió hoy en Ginebra  por  más de 12.000 euros.
 La venta tuvo lugar en el Hôtel des   Ventes de Ginebra, en una subasta de objetos de lo más variopinto, desde   antigüedades hasta joyas y cuadros.
 Esta pieza fue puesta por  primera  vez a la venta en 1978 por la casa de subastas Christies en  Londres,  donde fue adquirida por 3.500 euros -una elevada suma  entonces- por el  padre de quien era su propietario hasta ahora.
 Esta extraña  piel, la más grande de estas características hasta ahora  conocida en el  mundo, fue encontrada en 1960 por el explorador  neozelandés Edmund  Hillary -el primer hombre en completar el ascenso a  la cima del Everest-  en una expedición al Himalaya con el propósito de  desvelar el misterio  de la existencia del Yeti.
 No vio al  animal, pero sí encontró  huellas gigantes y restos de pieles que  apuntaban a la existencia de  esta criatura, sólo avistada por la tribu  de los sherpas, que habita en  las zonas más orientales del Himalaya,  pobladas de bosques en los que  supuestamente se escondía.
 Los  científicos que acompañaron a  Hillary en su aventura concluyeron, sin  embargo, que las pieles  encontradas procedían de un extraño oso azul  gigante, que tenía que ser  el mismo que los sherpas describían en sus  leyendas como el Yeti.
 La  pieza subastada, de 140 centímetros  de largo y 70 de ancho, presenta un  espeso pelaje marrón y no azul, por  lo que se cree que corresponde a un  ejemplar adolescente, "cuando la  pigmentación azul del Yeti todavía no  es visiblemente clara".
 Sin embargo, los expertos del British Museum que examinaron la pieza no  comparten esta versión. Para ellos, la piel proviene de una especie de  oso pardo poco común,  el "Ursus arctos pruinosus", que sería el origen  del mito del Yeti  inventado por los sherpas.
 Otras teorías  apuntan al Yeti como  un simio gigante pariente lejano del orangután y  descendiente del  Ramapithecus, que vivió en la cordillera del Himalaya  hace millones de  años; aunque según otros expertos, los simios sólo  viven en zonas  tropicales donde pueden encontrar frutas durante todo el  año.
 En 2008, un grupo de investigación japonés recorrió  durante 42 días la  región de alta montaña Dhaulagiri IV del Himalaya,  donde fotografiaron  huellas de unos 45 centímetros, que atribuyeron a  ese escurridizo simio,  también conocido como el "Mono dorado".
 A  pesar de las dudas  persistentes sobre la existencia del Yeti, medio  siglo después del  hallazgo de Hillary, su leyenda sigue viva ante la  imposibilidad de  determinar de manera categórica si es un mito o si  realmente fue un  animal gigante de aspecto tan terrorífico como se  cuenta. 
