Guanajuato, México.-
El  Gobierno de México y la Santa Sede acordaron hoy trabajar más  estrechamente en "la necesidad de lograr un tratado internacional sobre  comercio de armas pequeñas y ligeras", cuya proliferación "ha favorecido  la acción criminal de la delincuencia organizada".
 A este  compromiso llegaron hoy en Guanajuato, centro de México, el papa  Benedicto XVI y el presidente Felipe Calderón durante una reunión de  trabajo que se convirtió en el encuentro político más importante de la  primera visita apostólica a México de Benedicto XVI, informó la  Presidencia mexicana tras el encuentro.
 La cita entre ambos  jefes de Estado, breve, de unos 45 minutos, se celebró en una ciudad de  Guanajuato abarrotada de gente, sobre todo jóvenes, que inundaron las  estrechas calles de esta hermosa urbe colonial y las llenaron de música y  vítores al santo padre.
 Benedicto XVI viajó en un automóvil  cerrado de León, donde duerme durante su visita, hasta la capital de  Guanajuato, que dista 52 kilómetros de la anterior, y recorrió en  "papamóvil" las hermosas calles de la ciudad.
 En las mismas,  formaciones musicales diversas interpretaron temas mientras el papa  saludaba y era colmado de gestos de cariño de una población volcada como  pocas veces en una visita foránea.
 La gente no paró de  saludar con banderas al papa germano y de cantarle temas populares como  "Cielito lindo" y "México Lindo" en el incomparable marco de una urbe  Guanajuato engalanada como nunca.
 La ciudad natal del célebre  muralista Diego Rivera (1886-1957) lució espectacular y sus habitantes  no cesaron de alegrar el día al papa en un atardecer que pocos de sus  habitantes olvidarán fácilmente.
 El espectacular despliegue  festivo estuvo acompañado de vítores y pancartas dedicados al papa,  entre con leyendas de gratitud ("Gracias por tu visita a México"; "¡Se  ve, se siente, el papa está presente!") y salutaciones de todo tipo.
 En ese ambiente, Calderón y Benedicto XVI se apartaron unos minutos  del jolgorio para comentar "desafíos globales que enfrenta el mundo" y  sobre los cuales "tanto México como la Santa Sede mantienen una activa  posición a nivel mundial", informó el Gobierno de México.
 Otros asuntos abordados fueron los relacionados con "el cambio climático  y sus efectos, la seguridad alimentaria y la lucha contra el hambre en  el mundo".
 Benedicto XVI y Calderón "subrayaron la necesidad  de que se continúe avanzando hacia el desarme nuclear, y la necesidad de  concluir a la brevedad con el Tratado de Comercio de Armas (ATT, en  inglés) que regule el comercio responsable de armas pequeñas y ligeras",  detalló la Oficina de la Presidencia de México en un comunicado.
 En la reunión de trabajo participaron las comitivas de los dos  mandatarios: la del papa, formada por el secretario de Estado de la  Santa Sede, el cardenal Tarcisio Bertone, y el encargado de Relaciones  con los Estados, Dominique Mambertti, y la mexicana, integrada por la  canciller Patricia Espinosa y por el secretario de Gobernación  (Interior), Alejandro Poiré.
 Los últimos aprovecharon la  presencia papal para hacer "una exposición sobre el desarrollo de la  Presidencia mexicana del Grupo de los Veinte (G20)", que en junio  próximo celebrará una cumbre de jefes de Estado en Los Cabos marcada por  la crisis económico-financiera internacional.
 Las relaciones  diplomáticas entre México y la Santa Sede se basan en la premisa de la  separación constitucional entre la Iglesia y el Estado y fueron  establecidas el 21 de septiembre de 1992.
 México es un estado  laico desde la promulgación de las Leyes de Reforma en la segunda mitad  del siglo XIX, las mismas que con los años han servido para construir un  Estado plural pero con una población católica mayoritaria (83%) y  donde, por ejemplo, la educación pública sigue siendo laica por  imperativo constitucional.
