El aspirante republicano a las elecciones presidenciales de noviembre, Mitt Romney,  presentó ayer a Paul Ryan, congresista por Wisconsin, como su candidato a  vicepresidente, del que destacó "su carácter" y liderazgo.
 Romney subrayó su "integridad incuestionable" al presentar a su compañero de  candidatura en un acto en Norfolk (Virginia) a dos semanas de la  convención republicana y a menos de tres meses de los comicios que  decidirán si el presidente, el demócrata Barack Obama, continúa en la  Casa Blanca.
 Para la ocasión, que marca el inicio de una gira por estados indecisos clave, Romney eligió un museo naval y como fondo un destructor militar engalanado con  banderas estadounidenses, en un estado que acoge una importante  presencia de bases y empresas vinculadas a la defensa.
 Ryan,  congresista por Wisconsin y presidente del Comité Presupuestario de la  Cámara de Representantes, afirmó ante centenares de simpatizantes  republicanos eufóricos que está "comprometido en mente y corazón" con el  proyecto de Romney.
 Romney,  por su parte, destacó su liderazgo en el Congreso y su capacidad de  trabajar con la bancada demócrata "sin demonizar a sus rivales", por lo  que, señaló, es reconocido en Washington por su "juicio y carácter", así  como por su "visión".
 Ryan, conocido por su dura oposición a  las propuestas presupuestarias de Obama y los demócratas, dijo que estas  elecciones llegan en un "momento crucial y es necesario elegir al  hombre adecuado. Y ese es Mitt Romney".
 El congresista adoptó en este primer acto de campaña conjunto su papel de compañero de fórmula de Romney y alabó el pasado de éste como empresario, su historial como gobernador  de Massachusetts y aseguró que "es un orgullo estar junto a un hombre  que entiende lo que se necesita para crear empleo y mejorar la  economía".
 Ante los entregados simpatizantes, la gran mayoría  de raza blanca, ambos hicieron uso de alegorías a la defensa de la  libertad y de los valores fundacionales del país, algo que  complementaron con una cuidada salida por las escalinatas del destructor  USS Wisconsin, precisamente el estado de origen de Ryan, de 42 años.
 Ryan presentó a su mujer y sus tres hijos para remarcar que se siente  "orgulloso y emocionado" de poder ser candidato a vicepresidente, un  anuncio largamente esperado y que adelantó la campaña horas antes.
 "Obama es parte del problema, mientras que Romney es la solución", aseveró Ryan, que abogó por cambiar el rumbo del país  para "restaurar su grandeza" y poner fin a problemas como una mayor  presencia en la vida de los ciudadanos del Gobierno federal y recortar  el alto déficit.