La responsable de la Oficina para la Coordinación de Asuntos  Humanitarios (OCHA) de la ONU, Valerie Amos, alertó este lunes de la "creciente  salida de refugiados sirios" ante la continua represión gubernamental y  agradeció a los países vecinos como Turquía que mantengan abiertas sus  fronteras para recibirlos.
 "Agradezco a los Estados vecinos  que hayan dejado abiertas sus fronteras y valoro la ayuda que han  proporcionado", aseguró Amos en un comunicado en el que subrayó que  Naciones Unidas está "preparada" para ayudar a esos países "en la manera  que sea necesaria", especialmente "tras el reciente aumento" del número  de refugiados.
 La responsable de la OCHA, que mostró su  "profunda preocupación" ante la violencia que vive Siria, cifró en más  de 10.000 las personas que han abandonado el país y aseguró que el  número de muertes dentro del país árabe asciende ya a 1.200.
 En el caso de Turquía, país con el que Siria limita al norte, el número  de refugiados sirios que se han asentado en sus campamentos fronterizos  en los últimos días ha aumentado a casi 7.000, según informaron hoy  fuentes oficiales turcas.
 Los refugiados que llegan a Turquía  huyen de la persecución por parte de las fuerzas policiales sirias, que  les responsabilizan de la muerte de 120 efectivos de seguridad el pasado  6 de junio en la población fronteriza siria de Yisr al Shugur.
 El ejército sirio tomó este domingo el control de esa localidad  situada al noroeste de Damasco, donde supuestamente estaban  atrincherados "grupos armados" que causaron la muerte de esos miembros  de las fuerzas de seguridad.
 "Pido al Gobierno (sirio) que  respete y proteja a la población civil, así como que se abstenga de usar  la fuerza contra los manifestantes pacíficos", añadió en el mismo  comunicado Amos, para quien es "importante averiguar lo que ocurre  exactamente en Siria para que se pueda entregar la ayuda necesaria".
 En ese sentido se mostró esperanzada en que el régimen sirio permita  que se realice "una evaluación independiente" de los hechos ocurridos en  los varios meses que dura ya la represión gubernamental contra la  población civil que pide reformas democráticas y económicas en el país  árabe.
 Mientras continúa la represión por parte del régimen de  Bachar al Asad, el Consejo de Seguridad de la ONU sigue sin ser capaz  de lograr el apoyo necesario de todos sus miembros para adoptar una  resolución que sólo condena la violencia ejercida por las fuerzas de  seguridad sirias y que ni siquiera contempla sanciones a Damasco.
 La propuesta, presentada por los países de la Unión Europea que se  sientan en el Consejo y respaldada por Estados Unidos, sigue sin lograr  el apoyo de Rusia y China, miembros con derecho a veto, ni tampoco de  otros miembros temporales como Brasil, Sudáfrica e India, que son  reticentes. 
