Más de 30.000 personas se concentraron en la noche de ayer  en la tradicional Plaza Italia de Santiago y su principal avenida,  Alameda Bernardo OHiggins, para protestar contra el recién aprobado  megaproyecto Hidroaysén, que contempla la construcción de cinco represas  en la Patagonia chilena.
 Según las primeras cifras de la  policía, al menos fueron detenidas 70 persona en todo el país, ya que el  movimiento se extendió a varias otras ciudades chilenas.
 En  Santiago, las 30.000 personas, cifra proporcionada por carabineros,  marcharon con tranquilidad hasta las 21.30 horas (01.30 GMT del sábado)  hora en que finalizaba la autorización.
 Sin embargo, cumplido  el horario establecido un grupo de al menos cinco mil personas intentó  llegar hasta las cercanías del Palacio de La Moneda sede del Ejecutivo,  donde se enfrentaron con carabineros que utilizó el carro lanza agua y  gran cantidad de gases lacrimógenos.
 Efe pudo constatar al  concluir la protesta los destrozos causados en las primeras cuatro  manzanas de las populares calles San Diego y Arturo Prat que convergen  muy cerca de la sede del Ejecutivo.
 Semáforos arrancados de  cuajo, casi todas las señales destruidas, varias cortinas metálicas de  tiendas destruidas, automóviles con sus vidrios quebrados y sucursales  bancarias con graves daños.
 La gran cantidad de gas  lacrimógeno utilizado por la fuerza policial causó desmayos en personas  de edad, que intentaron refugiarse en las mamparas de los edificios  cercanos, mientras otros permanecían sentados o tirados en las veredas  sin poder caminar debido a los síntomas de asfixia.
 A las  21.45 horas (01.45 GMT del sábado), unos treinta jóvenes intentaron  mantenerse sentados en la Plaza de la Ciudadanía, frente a La Moneda,  cantando el himno nacional y encendiendo velas, pero un carro lanza agua  prácticamente les barrió del lugar.
 Mientras, un helicóptero  de la prefectura sobrevolaba el lugar a muy baja altura, iluminando con  un potente foco a los manifestantes que corrían en todas direcciones.
 Las medios locales coincidieron en destacar que desde la "revolución  pingüina", una protesta generalizada de estudiantes que se prolongó por  varios días bajo el mandato de la presidenta Michelle Bachelet  (2006-2010), no se veía una convocatoria como la de este viernes.
 En tanto, radio Bío Bío informó de que varias estaciones del  ferrocarril metropolitano debieron cerrar sus puertas, mientras gran  parte de Santiago, sufría "un espectacular caos vehicular".
 La  marcha fue convocada por la agrupación "Patagonia Sin Represas", en  contra del proyecto ideado en 2006 y aprobado el pasado lunes, que prevé  la construcción de cinco represas en el cauce de los ríos Pascua y  Baker, en la Patagonia chilena, con una inversión de 3.200 millones de  dólares, para generar en total una media anual de 18.430 gigavatios por  hora.
 Conformada por doce funcionarios gubernamentales, la  Comisión de Evaluación Ambiental de la región de Aysén, a unos 1.800  kilómetros al sur de Santiago, votó a favor del estudio de impacto  ambiental de Hidroaysén, impulsado por las empresas Endesa Chile, filial  de Endesa España, y por la chilena Colbún.
 Desde esa fecha  los grupos ecologistas han marchado todos los días en contra de esa  iniciativa, manifestaciones que seguirán realizándose hasta el próximo  21 de mayo, día en que el presidente Sebastián Piñera entregará en el Parlamento la cuenta pública de su gestión. 
