Cientos de personas se manifestaron este martes en diversas ciudades de Afganistán, entre ellas Kandahar (sur) y Jalalabad (este), esta última donde unos 600 jóvenes universitarios gritaron consignas pidiendo que el asesinato de 16 civiles a manos de un soldado estadounidense sea juzgado por los tribunales afganos.
Los manifestantes gritaban "¡Muerte a Estados Unidos, muerte a Obama!", reclamando que el culpable de la matanza sea juzgado en público en Afganistán.
"El Jihad (guerra santa) es la única forma de echar a los invasores norteamericanos fuera de Afganistán", se leía en uno de los carteles que llevaban los protestantes, así como divisas hostiles a Estados Unidos y a su presidente Barack Obama.
La manifestación bloqueó además la ruta principal entre Jalalabad y la capital Kabul.
En tanto que los talibanes dieron hoy su primera muestra de la "venganza" prometida tras la masacre. Los insurgentes atacaron una delegación oficial afgana y mataron a un policía en Kandahar.
El  ataque hirió a otros dos policías y a un civil, y se dirigía contra un  grupo de representantes oficiales designados por el presidente afgano,  Hamid Karzai, para investigar la matanza.
La delegación atacada  está integrada, entre otras autoridades, por dos hermanos del presidente  afgano, Abdul Qayum Karzai y Shah Wali Karzai, y el gobernador  provincial, Turyalay Wessa.
Los talibanes afganos emitieron ayer  un comunicado en el que juraron "vengar" el asesinato de los civiles y  castigar las "acciones bárbaras" de los "invasores".
La matanza  ha incrementado el clima antiestadounidense en Afganistán, ya avivado el  mes pasado tras la quema de coranes por soldados de EE.UU. en la  principal base de la OTAN en suelo afgano, Bagram, cercana a Kabul.
