El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi,  anunció este viernes la aceleración de algunas de las medidas de ajuste  contenidas en su reciente plan de austeridad y la aprobación de nuevas  reformas económicas destinadas a calmar la inquietud de los mercados  sobre las finanzas públicas de Italia.
 Berlusconi decidió  comparecer ante la prensa tras el cierre de los mercados y después de  una intensa jornada de turbulencias que dispararon la prima de riesgo de  la deuda italiana por primera vez por encima de la de España.
 El primer ministro se presentó ante la prensa tras mantener una serie  de conversaciones telefónicas con los principales líderes europeos,  entre ellos el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez  Zapatero.
 También de que este viernes tiene previsto hablar  por teléfono con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y que ha  acordado con el jefe de Estado de Francia, Nicolás Sarkozy, la  celebración de una cumbre urgente del G7 de Finanzas, que en un  principio estaba prevista para el 9 y 10 de septiembre próximos en  Marsella.
 "Junto con el presidente francés Sarkozy hemos  decidido anticipar para dentro de pocos días la convocatoria de un G7 de  ministros de Finanzas, quizá preparatorio para un G8 de jefes de Estado  y de Gobierno", indicó el mandatario italiano, quien no precisó la  fecha exacta de la reunión.
 En una intensa semana de  apariciones públicas, después de haberse mantenido en un discreto  segundo plano en las últimas semanas, Berlusconi ha visto cómo no era  suficiente ni su discurso ante el Parlamento italiano el pasado  miércoles para pedir calma, ni la reunión mantenida ayer con los agentes  sociales, tras la que se aplazó a septiembre el tan prometido pacto por  el crecimiento.
 Todo ello, así como la preocupación de  Bruselas sobre el contagio de la crisis griega a las economías fuertes  de la zona euro, ha motivado la intensa ronda de contactos con los  líderes europeos y con las instituciones financieras internacionales de  hoy, tras lo que Berlusconi anunció su intención de adelantar un año, a  2013, su objetivo de equilibrio en las cuentas públicas de Italia.
 Entre esas nuevas medidas que pretende acometer figura una  liberalización del mercado empresarial, así como la introducción de la  exigencia del equilibrio presupuestario en la Constitución, asunto que  empezará a abordarse ya la semana que viene en dos comisiones  parlamentarias que han cancelado sus vacaciones.
 "Anticipo  brevemente que trabajaremos enseguida en el Parlamento para introducir  en nuestra Constitución el principio de equilibrio de las cuentas y  también otro principio, es decir, la libertad en base a la que todo está  permitido para los sujetos económicos y para las empresas, excepto lo  que está prohibido expresamente por la ley", indicó Berlusconi.
 Junto a él, su ministro de Economía, Giulio Tremonti, con quien hoy  escenificó un apretón de manos después de especulaciones sobre un  empeoramiento de su relación personal y quien explicó los cuatro pilares  sobre los que se asientan las reformas, con las que pretenden acabar  con la "especulación" de los mercados.
 Los dos primeros  pilares se basan en las finanzas públicas y contienen la introducción de  la "ley de oro" del equilibrio de las cuentas públicas en la  Constitución, así como el anticipo de ese objetivo de déficit próximo al  cero en 2013.
 Los otros dos pilares afectan a la economía  privada y contemplan una reforma laboral que será llevada en breve al  Senado, una vez planteada a los agentes sociales, así como esa  liberalización del mercado empresarial, que será "la madre de todas las  liberalizaciones", en palabras de Tremonti.
 Entre las medidas  que el Gobierno italiano pretende acelerar figura la reforma fiscal que  el Parlamento debe desarrollar después de que el Ejecutivo aprobara un  proyecto de ley marco sobre el asunto el pasado 30 de junio en Consejo  de Ministros junto al plan de austeridad de 79.000 millones de euros,  que, hasta ahora, preveía la mayor parte de sus recortes para 2013 y  2014.
 El Gobierno italiano también contempla la reforma del  sistema de asistencia pública para "garantizar lo que se puede dar a  quien lo necesita e intervenir sobre el problema de los falsos  inválidos", según indicó Berlusconi.
 Italia tiene ahora por  delante una dura tarea, pues las previsiones para 2011 del Fondo  Monetario Internacional (FMI) sitúan su deuda en el 120,6 % de su PIB y  el déficit en el 4,1 %, toda vez que el Gobierno había calculado para  este año un déficit del 3,9 % y del 2,7 % en 2012.
 Este  viernes, el Instituto Nacional de Estadística de Italia (ISTAT) ofreció  los datos provisionales del PIB italiano en el segundo trimestre de  2011, que creció un 0,3 % en comparación con el trimestre anterior y un  0,8 % interanual. EFE