El exembajador británico Craig John Murray dijo que las pruebas presentadas por EE.UU., tras el ataque químico del 21 de agosto, “fueron falsificadas por el Servicio Secreto de Inteligencia de Israel (Mossad).
Según Murray, en Oriente Medio Estados Unidos no tiene instalaciones comparables con el centro de Troodos, en Chipre, que pertenece al servicio de inteligencia británico y supervisa la radio y satélite.
“Todas las comunicaciones telefónicas en esta región se captan por las plataformas de Troodos”, explicó Murray tras asegurar que el centro no interceptó las comunicaciones de militares sirios, que Estados Unidos presentó como pruebas para atribuir al gobierno de Bashar al-Asad un ataque con armas químicas.
“Troodos no interceptó las comunicaciones, porque no existen. El Mossad las ha fabricado”, concluye.