La XVII conferencia de la ONU sobre cambio climático (COP 17) comenzó este lunes en la ciudad sudafricana de Durban, precedida por el reclamo de que los países industrializados asuman nuevos compromisos cuantificados para mitigar las causas del calentamiento global.
La reunión sucede al foro del balneario mexicano de Cancún en 2010, donde las decisiones quedaron muy por debajo de lo que se requiere para hacer frente de forma efectiva al aumento de las temperaturas.
La  conferencia se desarrolla en el International Conference Center (ICC)  de Durban, donde se reunirán hasta el próximo 9 de diciembre unos 20.000  delegados y observadores de 194 países para abordar esa gran amenaza  para el planeta que es el cambio climático.
 
 En la inauguración de la reunión, el presidente de Sudáfrica, Jacob  Zuma, agradeció a la ONU su "confianza en la capacidad de África para  albergar esta conferencia".
 
 Zuma remarcó que el cambio climático "ya no es sólo un desafío  medioambiental, sino un desafío para el desarrollo" que para muchas  personas es "cuestión de vida o muerte".
 
 Por su parte, la ministra mexicana de Relaciones Exteriores, Patricia  Espinosa, subrayó que "el desafío global que tenemos es encontrar una  solución definitiva que armonice el desarrollo con la sustentabilidad".
 
 "El reto es poder encontrar y diseñar aquellas políticas públicas que  siendo eficaces para reducir el cambio climático sean también  económicamente viables", dijo Espinosa, en referencia a una cita del  presidente de México, Felipe Calderón.
 
 Después, la canciller mexicana cedió el testigo de la presidencia del  COP 17 a su colega sudafricana, Maite Nkoana-Mashabane, quien definió la  reunión de Durban como "un momento decisivo" para lograr objetivos como  la renovación del Protocolo de Kioto.
 
 Una de las prioridades en Durban es avanzar en la renovación del  Protocolo, un acuerdo jurídicamente vinculante adoptado en 1997 en la  ciudad japonesa de Kioto que fijaba objetivos para reducir la emisión de  gases causantes del calentamiento global, aunque sólo obligaba a 37  naciones desarrolladas y a la Unión Europea.
 
 EEUU, el segundo país más contaminante del planeta, no ratificó el  protocolo, mientras China, el principal contaminador, está excluido por  tratarse de una economía emergente.
 
 Conseguir un nuevo acuerdo sobre emisión de gases de efecto invernadero urge porque el periodo de compromiso del Protocolo de Kioto expira en 2012.