El embajador de Francia en Colombia, Jean-Pierre Vandoorne, instó hoy a las FARC a que den la señal sobre la puesta en libertad del periodista galo Roméo Langlois, en manos de esta guerrilla desde hace más de tres semanas.
 "Solo les queda a quienes tienen a  Roméo en su poder  decirnos cuándo y dónde, preferiblemente sin  tambores ni trompetas",  expresó Vandoorne en declaraciones en Bogotá a  la cadena Caracol Radio.
 El diplomático indicó que ya está  cumplida hace días la condición  puesta por los rebeldes para liberar a  Langlois, que es la de conformar  una comisión con un delegado personal  del presidente francés, François  Hollande; el Comité Internacional de  la Cruz Roja (CICR) y la exsenadora  colombiana Piedad Córdoba.
 Hollande designó su delegado al  día siguiente de tomar posesión, hace  una semana, mientras que el CICR y  Córdoba respondieron de inmediato  que estaban listos para la misión  humanitaria.
 El delegado de  Hollande "está listo, hablo con él  todos los días, está a la espera",  enfatizó Vandoorne, quien insistió  en la urgencia de la señal  definitiva tras la reciente reproducción del  comunicado en el que las  FARC pusieron la condición del comité  tripartita.
 La  declaración, del mando central de las Fuerzas  Armadas Revolucionarias  de Colombia (FARC), fue recogida el pasado lunes  por uno de los sitios  web de los rebeldes, una semana después de que la  nota fuera entregada  al CICR en algún lugar del sur de Colombia.
 "Lo importante es  que la señal que esperamos sea autenticada por el  secretariado central  de las FARC o algún responsable y no dé lugar a la  más mínima duda en  cuanto a su sinceridad", dijo Vandoorne.
 El  diplomático también  aseguró que espera que el caso de Langlois, que los  rebeldes no  consideran que sea un secuestro, "no se transforme a medida  que corra  el tiempo en un secuestro de verdad, en contradicción con el  compromiso  asumido por quienes tienen a Roméo en su poder".
 Langlois,  corresponsal de la cadena de televisión France 24 y el diario  Le  Figaro, fue tomado como "prisionero de guerra" el 28 de abril último  en  La Unión Peneya, caserío rural de la población de La Montañita, al  que  había viajado para una operación antidroga con un contingente  militar y  policial.
 Las tropas fueron atacadas por los  rebeldes, que  mataron a cuatro uniformados e hicieron cautivo, herido, a  Langlois,  quien llevaba un casco y un chaleco de uso militar que le  habían sido  proporcionados para su protección. 
