Recién  editado en español, el libro de T.J. English, "Nocturno de La Habana",  contrasta el ambiente cultural que promovió la mafia norteamericana en  La Habana de la década de 1950 y el ascenso de la conciencia  revolucionaria en el interior del país.
 La historia de la  mafia en Cuba en la era antes de la revolución ha servido de base a  numerosas novelas y películas, pero no es mucho lo que se ha publicado  sobre el tema como materia histórica para el mercado estadounidense.
 El escritor T.J. English, cuya especialización es precisamente el  crimen organizado, notó ese vacío y se dispuso a llenarlo con la  publicación de "Nocturno de La Habana" en 2008, que se situó en la lista  de "bestsellers" del New York Times.
 Es harto conocido que en  la mafia de La Habana figuraban gánsteres de renombre internacional,  como Charles "Lucky" Luciano, Meyer Lansky, Santo Trafficante, Albert  Anastasia, quienes se instalaron en la isla en las décadas del 40 y 50.
 "La idea que formularon Luciano, Lansky y otros era que La Habana  sirviese de tapadera de un plan mucho más ambicioso: la creación de un  Estado delincuente cuyo producto nacional bruto, fondos de jubilación  sindicales, compañías de servicios públicos, bancos y otras  instituciones financieras servirían para lanzar nuevas empresas  delictivas en todo el mundo", escribe.
 Mientras que La Habana  se convertía en el paraíso tropical de la evasión, atrayendo a miles de  turistas adinerados a los placeres nocturnos, Fidel Castro y su grupo  revolucionario se nutría del abandono del pueblo cubano y de la  explotación económica del gobierno de Fulgencio Batista.
 En  ese sentido el título de la obra es significativo: Nocturno de La  Habana: Cómo la mafia se hizo con Cuba y la acabó perdiendo en la  revolución.
 Las ganancias de los grandes casinos dieron lugar a  que se establecieran clubes nocturnos como el famoso Tropicana en el  cual se ofrecerían espectáculos de renombre mundial.
 Esta atmósfera propició el desarrollo de ritmos que sirvieron como música de fondo al libertinaje nocturno de la era.
 "La Habana siempre había sido un lugar donde se podía escuchar música  estupenda, pero en la época de la mafia una generación de músicos  encontró su propia forma de expresión", escribe English.
 Es la  época que dio vida al mambo, el estilo musical y baile, impulsado por  el arreglista Dámaso Pérez Prado y su orquesta, cuyo ritmo destacaba la  sensualidad de la nueva Habana.
 A pesar de basarse en una investigación minuciosa, la publicación del libro ha provocado bastante controversia.
 Además de quienes alegan que English absorbió la propaganda castrista  al escribir el libro, también pesan acusaciones de plagio.
 El  escritor cubano Enrique Cirules aseguró recientemente que English tomó  porciones significativas de su obra "El imperio de La Habana" y "La vida  secreta de Meyer Lansky" y que simplemente añadió su nombre en la  extensa bibliografía para justificar lo que considera como plagio. 
