Los policías Jorge Trujillo Solarte y José  Libardo Forero, liberados por las FARC tras más de doce años de  cautiverio, lograron escaparse durante un mes, tiempo en el que  sobrevivieron sin apenas comida, antes de volver a ser atrapados por los  guerrilleros y estar a punto de ser ejecutados.
 En una rueda  de prensa ambos confesaron hoy que el momento en que volvieron a ser  apresados fue el más duro de su largo secuestro, que comenzó en julio de  1999, cuando las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)  tomaron el pueblo de Puerto Rico, en el departamento del Meta, y los  secuestraron.
 "El día que me fugué con Forero, ese día  renunciamos a la vida, había que salir, vivir o morir, y salimos",  relató el intendente jefe de la Policía Nacional de Colombia Jorge  Trujillo Solarte, liberado ayer junto a otros nueve uniformados.
 El uniformado describió también el momento en que fueron apresados de  nuevo por las FARC: "en ese momento estoy esperando un tiro, ahí puse  la cabeza para que me mataran, eso nunca pasó y gracias".
 Trujillo dijo que pese a que esa situación fue la más difícil de esos  largos años en cautiverio, momentos complicados hubo "muchos, muchos,  desde el día en que nos cogieron casi hasta el último, cuando nos  liberaron".
 El sargento primero Forero fue su compañero de  aventura, juntos decidieron escapar en una noche lluviosa. Ni siquiera  se acuerdan de qué año, sólo saben que a finales de 2009 o 2010 estaban  otra vez cautivos, con cadenas al cuello.
 "Trujillo estaba  enfermo, yo le dije que si nos fugábamos, pero no había aceptado, y fue  él quien me dijo después: volémonos, y yo acepté", explicó Forero a los  periodistas.
 Prosiguió: "fue un día especial, con lluvia, el  guardia estaba a unos tres metros de la caleta de nosotros, la salida  era peligrosa, tanto así que cuando íbamos saliendo por poco  retrocedemos".
 Forero hizo en varias ocasiones alusión a la fe  para que los periodistas entendieran sus vivencias: "pedía a Dios que  me diera algo para iluminar y apareció una luciérnaga; el señor nos  había indicado y a partir de ahí sobrevivimos con siete paquetes de  galletas y dos arepas".
 Con esos víveres sobrevivieron hasta  el día 16 de su fuga, cuando pudieron atrapar dos pescados en un río,  que al parecer era el Guaviare, por cuyo curso caminaron hasta llegar a  una casa.
 "Llegamos a una casa civil y nos ofrecieron un  almuerzo, cuando nos disponíamos a salir, la guerrilla otra vez. Nos  tendieron en el piso, nos quitaron la ropa, dijeron que nos iban a  fusilar", contó el policía.
 Y así los dos policías regresaron a  la selva vivos porque, según el propio Forero, los podían haber  fusilado, pero no lo hicieron en ese momento porque había presencia de  la población civil.
 "Sabíamos que nos iban a fusilar. La orden era muy estricta fusilar a todo el que intentara escapar", remarcó.
 Este policía también detalló que otro momento crítico que vivió  durante el cautiverio fue el 27 de abril de 2008, cuando los  bombardearon desde el aire las Fuerzas Armadas.
 "Las bombas cayeron a 200 metros de nosotros, gracias a Dios pudimos salir corriendo con los guerrilleros", dijo.
 Forero, de 45 años, está casado con Norma, con quien tiene dos hijos,  hoy de 17 y 13 años; mientras que Trujillo, de 42 años, está casado con  Gina y es padre de Sofía, de 13 años. EFE
