El documental "Cuates de Australia", del  mexicano Everardo González, no sólo ha logrado que se conozca la  historia de supervivencia de esta comunidad mexicana ante la sequía,  sino que sus habitantes tengan acceso al agua desde este año.
 "No me gusta hacer cine político, pero esta película se convirtió en una  especie de cine político. Fue proyectada en el municipio al que  pertenece el rancho (municipio Cuatro Ciénagas, estado de Coahuila) y a  partir de este año la gente tiene agua", dijo González en entrevista con  Efe en Nueva York, donde promociona el filme.
 "Se perforó un  pozo y comenzaron a sacar agua. Hoy en día la gente abre la llave del  grifo y tienen agua. Algo muy bueno consiguió la película", afirmó  complacido el cineasta mexicano.
 La cinta, que ha recibido el  premio al Mejor Documental en los festivales de cine de Los Ángeles  (California) y Guadalajara (México), retrata la vida en un ejido  (tierras comunales) mexicano, denominado Cuates de Australia, que cada  año sus habitantes se veían obligados a abandonar cuando llegaba la  sequía.
 El filme, que a partir del próximo viernes se presenta  en Los Ángeles como parte del festival de Docuweeks, organización que  exhibe documentales que pueden optar al premio Oscar, retrata la vida de  esa pequeña y pobre comunidad con poco más de un centenar de  habitantes, su relación con el entorno y su regreso a las tierras, que,  aunque áridas, les pertenecen.
 Presentar el documental en  Nueva York y Los Ángeles, y que éste sea reseñado por The New York Times  o Los Angeles Times, es parte de los requisitos que la Academia de las  Artes y las Ciencias Cinematográficas ha exigido para que los  documentales sean considerados como candidatos.
 El  documentalista está complacido además porque su proyecto llamó la  atención de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y  la Agricultura (FAO), que la presenta a las organizaciones con las que  trabaja.
 "La FAO tuvo mucha sensibilidad por la película y la  ha usado para abanderar su causa desde el pasado febrero", lo que, según  González, sirve a modo de distribución del documental.
 El  cineasta señaló además que la distancia, la infraestructura de Cuates de  Australia, cuyos habitantes desconocen de dónde el ejido toma su  nombre, fueron parte de los problemas que enfrentó durante la filmación.
 "Es un lugar muy lejano, no sólo en cuanto a las distancias, sino en  cuanto a infraestructura y desarrollo. Eso fue algo de los más  complicado así como la aceptación, encajar en la vida de sus habitantes,  no ser un intruso con una cámara, porque ahí nacieron, crecieron y han  muerto sus padres", indicó.
 Recordó que aunque es una tierra  estéril les pertenece, "ya que es con la que todos tienen que ver, por  eso vuelven" al finalizar la sequía.
 González, que en 2003  realizó su ópera prima "La canción del pulque", con la que ganó los  premios por la Mejor Fotografía y Edición en la XVIII Muestra de Cine  Mexicano en Guadalajara, aseguró que cuando conoció Cuates de Australia y  su gente se enamoró a tal punto de su historia que quiso llevarla al  cine.
 "Me capturó el rancho, su gente, las familias, los  niños. Estar ahí me abrió los ojos con lo que se quiere hacer para  entender por qué están ahí", dijo el director mexicano, autor de  "Ladrones viejos" (2007) y "El cielo abierto" (2011).
 Para  este proyecto, González contó con el apoyo de la productora mexicana  Marta Orozco, con quien promueve la película en EE.UU. y quien dijo a  Efe que se interesó en el filme tan pronto González le habló del tema.
 "Luego me enamoré del pueblo, la gente y sus niños cuando les conocí.  Es un desierto, a unas cuatro horas de camino de piedras (del pueblo  más cercano)", recordó la productora. EFE
