Doce policías y soldados fueron asesinados ayer por hombres armados en Irak, donde hay una ola de violencia que las autoridades no logran detener pese a importantes medidas de seguridad.
En Madain, en el sureste de Bagdad, insurgentes dispararon antes del alba contra un centro del ejército, matando a cinco soldados, entre ellos un teniente coronel, e hiriendo a tres, según la policía y una fuente médica.