Las  autoridades colombianas arrestaron a un peligroso delincuente,  relacionado con al menos 50 asesinatos ocurridos en el noroeste del  país, en una operación conjunta de la que hizo parte la DEA, informó este domingo  la Policía.
 El director de la Policía Antinarcóticos de Colombia,  general César Augusto Pinzón, dijo a periodistas que con la captura de  Jesús David Hernández Grisales, alias "Chaparro", cayó el "asesino de  asesinos".
 "Chaparro", detenido el sábado anterior en un  edificio de Envigado, población cercana a Medellín, en el departamento  de Antioquia, es señalado de ser el segundo cabecilla de la "Oficina de  Envigado", dedicada al narcotráfico, secuestro, sicariato y extorsión.
 El detenido también era el encargado de manejar las extorsiones, los  secuestros y una red de sicarios que estaban al servicio de Érick  Vargas, alias "Sebastián", quien le disputa el control de narcotráfico  en Medellín a Maximiliano Bonilla Orozco, alias "Valenciano", máximo  jefe de la "Oficina de Envigado".
 Las autoridades colombianas  ofrecían una recompensa de unos 120.000 dólares por "Chaparro", que  además tiene una condena de 25 años de cárcel por homicidio y porte  ilegal de armas.
 Según el general Pinzón, "Chaparro" venía  "sembrando el terror" en barrios de diferentes comunas de Medellín en  donde mandaba o ejecutaba "innumerables homicidios" no solo allí, sino  en poblaciones vecinas como Itagüí, Bello, Envigado, Barbosa y La  Estrella.
 Pinzón detalló que al momento de ser requerido por  las autoridades, el delincuente se identificó con documentos falsos, se  había mandado a hacer cirugías en la cara para cambiar su aspecto y  alteró los pulpejos de los dedos para evitar ser identificado.
 Esta operación se realizó dentro de la ofensiva que las autoridades  tienen contra las bandas de narcotraficantes y que el miércoles pasado  permitió la captura en la isla de Curazao de Gustavo Adolfo Álvarez  Téllez, alias "Tavo", uno de los hombres de más confianza de  "Valenciano".
 Entre el 9 de febrero y el 30 de abril de este  año, las autoridades del departamento de Antioquia han reportado nueve  masacres que dejan 22 víctimas en Medellín y sitios vecinos, siempre  relacionadas como situaciones generadas por las bandas que buscan  quedarse con el negocio del microtráfico y las rutas por las que circula  la cocaína.
