El presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo  hoy en Trípoli que el líder libio, Muamar al Gadafi, "tiene que ser  detenido" y advirtió de que todos los que "han cometido crímenes"  tendrán que someterse a la justicia internacional.
 En una  rueda de prensa poco después de llegar a la capital libia, donde se  reunió con el primer ministro británico, David Cameron, y los miembros  del Consejo Nacional de Transición (CNT), Sarkozy apeló a los países en  donde se escondan los autores de crímenes en Libia para que colaboren en  su entrega.
 El jefe del Estado dijo que no se trata de "un  ajuste de cuentas", sino únicamente de la aplicación de las "reglas de  derecho" internacional en relación con los crímenes cometidos en el país  norteafricano.
 La visita de Sarkozy y Cameron es la primera  de un jefe de Estado o de Gobierno a la capital libia desde la caída del  régimen de Gadafi, tras la intervención militar que se inició hace seis  meses.
 Por su parte, Cameron reconoció que todavía se está  "lejos de haber terminado el trabajo" en el combate con las fuerzas  gadafistas que aún resisten.
 "Aún quedan lugares bajo el  control de Gadafi y no sabemos dónde se encuentra el coronel", admitió  el primer ministro británico en la rueda de prensa, en la que también  participaron el presidente del Gobierno libio provisional, Mustafá Abdel  Jalil, y su primer ministro, Mahmud Yibril.
 Los líderes del  CNT agradecieron la ayuda "financiera y militar" prestada por los  miembros de la coalición internacional y, en especial, por Francia y  Reino Unido.
 "La victoria nunca habría sido posible sin la  ayuda de los aliados", declaró Yibril, quien agregó que ésta no  respondió a "un interés político" sino a "razones humanitarias".
 Los miembros del CNT agradecieron a Francia su compromiso con la  reconstrucción de centros escolares y en la vigilancia de las fronteras  del sur del país y al Reino Unido los 600 millones de libras (672.000  millones de euros) en bienes libios confiscados que ha anunciado que  desbloquearán para ayudar en las labores de desminado.
 Durante  la rueda de prensa, en la que Sarkozy aseguró que "mientras la paz esté  amenazada" Francia permanecerá junto al pueblo libio, el jefe del  Estado francés subrayó que espera "que Siria pueda también ser un país  libre algún día".
 Sarkozy destacó que es importante "que todos  los dictadores del mundo entiendan que no habrá un solo lugar en el  mundo del siglo XXI en el que puedan gozar de impunidad".
 "La impunidad se ha terminado", dijo.
 El dispositivo de seguridad construido alrededor de la visita de  ambos mandatarios incluyó el viaje un día antes de unos 160 policías  franceses, vestidos de civil, para asegurar la zona.
 El jefe  del Estado francés viajó acompañado por su ministro de Exteriores, Alain  Juppé, y por el filósofo Bernard-Henri Lévy, muy comprometido con la  causa del CNT. Cameron, por su parte, llegó a Trípoli acompañado por su  titular de Exteriores, William Hague.
 Tras la comparecencia en  Trípoli, Sarkozy y Cameron se desplazarán a Bengasi, donde se espera  que pronuncien un discurso en la Plaza de la Libertad.
 La  visita de Cameron y Sarkozy se adelanta a la del primer ministro turco,  Recep Tayyip Erdogan, que llegará esta noche o mañana a Libia. 
